1. El día que descubí que quería ser sumiso y obediente. -Parte 1-


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Dominación Autor: yunna, Fuente: SexoSinTabues

    Hola, este es mi primer relato. Lo primero y lo educado es presentarse. Me llamo digamos que Emilio, aunque me llaman Yunna y ya entenderéis por qué. Tengo 34 años y me gusta escribir. Si son ciertas o fantasías lo dejo a vuestra interpretación, pero lo que, si tengo claro, es que todo lo que escribo o me ha pasado o me encantaría que me pasara. Como el propio título indica, hoy os voy a contar como descubrí que me gustaba ser sumiso y obediente. Todo comenzó hace unos meses, cuando conocí en el trabajo una mujer increíble a la que la debo obediencia y sumisión. Hola, este es mi primer relato. Lo primero y lo educado es presentarse. Me llamo digamos que Emilio, aunque me llaman Yunna y ya entenderéis por qué. Tengo 34 años y me gusta escribir. Si son ciertas o fantasías lo dejo a vuestra interpretación, pero lo que, si tengo claro, es que todo lo que escribo o me ha pasado o me encantaría que me pasara. Como el propio título indica, hoy os voy a contar como descubrí que me gustaba ser sumiso y obediente. Todo comenzó hace unos meses, cuando conocí en el trabajo una mujer increíble a la que la debo obediencia y sumisión. Como buen fumador de vez en cuando me gusta bajar a la puerta de las oficinas a fumarme un cigarro. Un día cualquiera, estaba disfrutando de mi cigarro, cuando me percate de una mujer que me llamo mucho la atención. Me sentí un poco raro, porque nunca me había llamado la atención una mujer mayor que yo y ella debía de tener algo más de 40 años. Pero la ...
    ... verdad es que era espectacular, rubia, menudita, ojos azules claros como el agua cristalina y con unos pantalones de cuero ajustadísimos que le hacían un culo espectacular. Se notaba que de cuidaba y mucho. Pasaron los días y no me la quitaba de la cabeza. La veía solo de vez en cuando, pero cuando coincidíamos fumando, no podía dejar de observarla. Un día que coincidimos estaba imponente, con su melena rubia un vestido azul muy ceñido, medias negras y botines de terciopelo con alguna tachuela decorativa. Me quedé embobado, no podía dejar de mirarla, tal era mi empanada, que no me di cuenta que se había percatado de que la estaba devorando con la mirada. Cuando volví en mí y me percaté de mi error, ella se echó a reír, yo me moría de vergüenza no sabía dónde meterme, pensé que había quedado como el culo, pero fue todo lo contrario. Al día siguiente, volvimos a coincidir en el cigarrito de mitad de la mañana. Yo intentaba que no me viera, pero ella vino decidida hacia mí y me dijo: - ¿Perdona tienes un cigarro? - Si claro, conteste con voz temblorosa. - Sabes, ayer me hizo mucha gracia como me mirabas, veo que te llamo mucho la atención. , Yo no sabía dónde meterme ni que decir, mi indecisión le arranco una carcajada y me dijo: eres muy gracioso, sabes una cosa, me gustan mucho los juegos y tú puedes ser parte de ellos, si te gusta jugar, te espero a las cuatro en el parking, mi plaza de garaje es la J21. Me quede bloqueado, no daba crédito a lo que me estaba pasando, ¿A qué se ...
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