La página que cambió mi vida - Relatos Eróticos

La página que cambió mi vida

... limpiando con cuidado, su mirada llena de satisfacción y deseo. Luego, con una sonrisa traviesa, se inclinó sobre mí y me besó profundamente, pasándome mi propio esperma de su boca a la mía. La sorpresa y la intimidad del gesto me hicieron gemir nuevamente, intensificando el momento. Javier insistió en que lo tragara, susurrando órdenes suaves y persuasivas, y lo hice, sintiendo una conexión profunda y sumisa.

No habíamos terminado. Javier me levantó y me guió de nuevo hacia la manta. Me acosté, mis piernas abiertas, invitándolo. Javier se posicionó entre ellas, empujando lentamente, disfrutando la sensación de entrar en mí. Grité de placer, mis manos aferrándose a sus hombros. Cada empuje era una sinfonía de placer y necesidad, nuestros cuerpos moviéndose al unísono bajo el cielo despejado.

Javier aumentó el ritmo, su pelvis chocando contra la mía, el sonido de la piel contra la piel mezclado con nuestros gemidos y susurros. Sentí la presión acumulándose dentro de mí, alcanzando mi clímax con un grito, mi cuerpo estremeciéndose.

Javier siguió empujando, sus movimientos cada vez más rápidos hasta que él también alcanzó su punto de no retorno, liberándose con un gemido profundo. Con una firmeza que me sorprendió, guió mi cabeza hacia su erección y, mirándome a los ojos, me hizo tragar su esperma, llenándome de una mezcla de sumisión y placer.

Nos quedamos abrazados, el sonido de nuestras respiraciones mezclándose con el susurro del viento. Bajo el cielo despejado, en mi azotea, habíamos encontrado algo más que placer físico: una conexión que prometía mucho más. Mientras nos quedábamos dormidos, me sentí más completo y satisfecho que nunca.

Después de tiempo me di cuenta como me encanta que me cojan, así que si quieren tener algo coml en esta historia, escríbanme a este correo ldanny140706@gmail.com