1. Marisa y Julian | tia y sobrino parte 1


    Fecha: 23/07/2024, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: relatos IA, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... se sentó sobre él, guiando su miembro hacia su entrada húmeda.
    Se deslizó hacia abajo, tomando todo su largo en su interior. Ambos gemieron al unísono, la sensación de plenitud y placer casi abrumadora. Julian la tomó de las caderas, ayudándola a moverse hacia arriba y hacia abajo, penetrando en su profundidad.
    "Oh, Dios, tía... te sientes... increíble", gimió Julian, sus ojos cerrados mientras disfrutaba de la sensación de su cuerpo.
    Marisa cabalgó sobre él, sintiendo cada pulgada de él dentro de ella. Las paredes de su vagina se contrajeron alrededor de él, y sabía que no duraría mucho. El placer era demasiado intenso, una espiral ascendente de sensaciones que la consumían por completo.
    "Tomas... cariño... ¡oh, sí!", gimió, su cuerpo temblando mientras llegaba a un poderoso orgasmo, sus jugos fluyendo alrededor de su miembro dentro de ella.
    La sensación de su cuerpo contrayéndose fue demasiado para Julian, y con un último empujón, derramó su esencia dentro de ella, llenándola con su calor. Ambos se quedaron quietos durante un ...
    ... momento, disfrutando de la sensación de conexión y la satisfacción de haber saciado sus deseos.
    Finalmente, Marisa se deslizó a un lado, y Julian la atrajo hacia su lado, abrazándola mientras sus respiraciones volvían a la normalidad. Ella se acurrucó contra él, sintiendo su corazón latir contra su pecho.
    "Te quiero, tía", murmuró Julian, besando suavemente su cabello. "Siempre estaré aquí para ti, no importa qué".
    Marisa sonrió, sintiendo una paz y una felicidad que no había experimentado en mucho tiempo. A pesar de saber que lo que habían hecho estaba mal, en ese momento no importaba. Habían encontrado consuelo y placer el uno en el otro, y eso era todo lo que importaba.
    A partir de ese día, Marisa y Julian continuaron su relación secreta, explorando sus deseos y dándose placer el uno al otro. Cada encuentro era una celebración de su conexión única, una liberación de sus deseos más profundos. Y aunque sabían que su relación era tabú y estaba destinada a mantenerse oculta, también sabían que había sanado algo profundo dentro de ambos. 
«123»