1. Rosalba, un viaje de placer con mi primo (Segunda Parte)


    Fecha: 01/04/2018, Categorías: Incesto Intercambios Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos

    ... había una hielera con una botella de vino blanco y cuatro copas. Mario sirvió el vino, para hacer un primer brindis, luego de este, y a falta de platica, propuso que jugáramos con la botella, poniendo prenda de por medio, cuando nos tocara en suerte (o en mala suerte). Antonio aprovecho, para prender el pitillo de hierba y ofrecernos a todos, para relajar la tensión, aunque Mario y Lucy, al principio se negaron, fue ella quien primero se decidió a probarla, era la más tensa de los cuatro y no podía ocultar, lo incomoda que estaba con la situación. La primera botella y el pitillo, volaron aun antes de desprendernos siquiera de algo de nuestra ropa, entre música suave y más vino, el juego se tornó más candente, para ese momento, tanto Lucy como yo, estábamos totalmente desinhibidas y no tuvimos ningún reparo, cuando por suerte, nos tocó desprendernos de nuestra ropa exterior. Lucy quedo tan solo con su coquetísima ropa interior, de tanga y bra en encaje blanco, que dejaba a la vista un par de tetas de tamaño mediano, que al quedar desnudas, se mostraron ligeramente caídas y coronadas con unos pezones grandes y obscuros, un estomago con algunas llantitas, su vientre no tan liso, donde sobresalía una cicatriz, resultado de su maternidad, su tanga dejaba ver un chochito totalmente depilado, caderas y nalgas anchas, pero firmes y piernas bien torneadas. Mario, traía un bóxer de tela en cuadros, mostraba su cuerpo velludo desde el cuello hasta los pies, un abdomen redondito sin ...
    ... llegar a gordo y entre sus piernas, se empezaba a mostrar un bulto de buen tamaño. Antonio, se había puesto un bóxer negro tipo bike, su cuerpo totalmente lampiño, pero bastante bien trabajado físicamente y dentro de sus calzones, un pene, que me había vuelto loca apenas hace 24 horas. Y yo, por suerte, había llevado un sostén hecho con dos diminutos triangulitos de tela que no alcanzaban a tapar ni la mitad de mis bien dotados y firmes pechos, además de unas braguitas cacheteras transparentes que dejaban a la vista la mancha obscura de mis bellos púbicos bien arreglados en forma de diamante y mis nalguitas bien paradas. Cuando quedamos con tan solo nuestras bragas y al calor del vino y el buen toque que nos habíamos dado, Lucy y yo empezamos a bailar de manera sexi a las espaldas de nuestras parejas. Sobábamos sus pechos, mientras recargábamos impúdicamente nuestros senos en su espalda. Cuando lo hacia atrás de Mario, este se quitó sus calzoncillos, para mi sorpresa, de entre sus piernas emergió un grueso y obscuro tronco, con una curvatura hacia abajo y coronado con un enorme glande circuncidado, jamás había visto un pene de ese grosor, de inmediato me imagine montándolo de nalgas, para que ese enorme piñón rozara la zona más sensible de mi vagina. Lucy, noto que me estaba enfocando mayormente en su marido, por lo que, hincándose frente a él, empezó a darle una buena mamada. Mientras Antonio, se desnudaba y dejaba a la vista, su pija larga, con enormes venas que parecían ...
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