1. Historia del chip (037): Confidencias - Irma 010


    Fecha: 02/04/2018, Categorías: Lesbianas Grandes Relatos, Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... atractiva. Ahora que lo pienso, ¿has desobedecido a Lena? ¿no? Después de todo tenías que seguir sus órdenes hasta nuevo aviso. ¿Por eso has llamado en el fondo? No por el tema económico o el trabajo, sino porque has tratado de manipularla. Irma afirmó al mismo tiempo que habló. —No lo sabía de manera consciente pero no he dormido en toda la noche— le confesó. —Ya no tiene remedio. Compénsala. Usa tu cuerpo. Ofrécelo. Es tu mejor baza. O vuelve aquí, a Sudáfrica. —Gracias, Miss Iron. Gracias por su comprensión. Me quedaré y me entregaré. Buenas noches o lo que quedan de ellas. No dudó. Se puso los pendientes y la venda. Recorrió lentamente la distancia hasta la habitación de Lena, talones levantados y cuerpo orgullosamente erecto. Lo hizo como si un observador invisible estuviera junto a ella. No quería despertarla así que simplemente se acurrucó a su lado. No sabía que su ama había estado escuchando la conversación anterior. Se quedó dormida de inmediato. Se despertó fresca y descansada. Abrió los ojos y recordó la venda. Escucho a Lena a lo lejos. —Ya se nos ha despertado la princesa. Gracias por venir a dormir conmigo. Me encanta eso de despertar y tenerte desnuda en mi cama. Irma esperó un beso No se quitó la venda, de alguna manera, sabía que era mejor llevarla puesta en la habitación de Lena. Sintió la sangre en los lóbulos, los labios apasionados, la saliva mezclándose. Fue el beso más largo que llegaba a recordar. Al volver los pendientes a su lugar, el nuevo roce ...
    ... fue corto. Lena había intercambiado la secuencia. ¿Qué significaba eso? —Vamos a la ducha. Supongo que vendrás a París— medio preguntó Lena. Irma asintió. —Entonces me gustaría tener más tiempo para disfrutar de tu cuerpo. No tenemos un baño acondicionado en el hotel para nuestros juegos— señaló con pena. Irma asintió mandándole una sonrisa, inquieta al oír eso de ‘más tiempo’. Apenas aguantaba las sesiones de ducha, a pesar de que ya llevaban una semana practicando. —Debería decirte algo antes. No debo mojarme entre las piernas o tener un orgasmo— confesó Irma con pesar. Con la venda puesta no podía saber la primera reacción de su ama. —¿Pero te importa si yo estoy húmeda o si tengo un orgasmo? — preguntó Lena acariciando ambos lados del cuello de Irma. —Claro que no. Todos los que quieras, si puedes. Con el chip...— matizó Irma, insegura de adónde iba la conversación. —Ahora que tenemos un momento sincero, seamos prácticas. Ya me contarás lo de tu voto de castidad o tu problema, pero quiero decirte que entre las mayores fantasías que tengo es que mi amante se excite junto a mí, pero no entre las piernas. Es muy egoísta por mi parte, pero si vas a cumplir mis fantasías ¿no podemos explorar tus límites juntas? Podrías juntas las rodillas si no puedes aguantar más, o mejor sólo los muslos. —Me parece bien, con una condición. Las dos nos diremos todo. En ese plano, no quiero ser una sumisa. Ya he tenido una relación así. Si me abandonas, quiero saberlo con tiempo— exigió. —Estoy ...
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