1. 80 en Japan


    Fecha: 05/04/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habíamos terminado la secundaria, (ese período que te habilita a la Universidad), con la convicción pajera e ímproba que las japonesas, (u orientales en general), la tenían rasgada. Y acostada. Es decir que las conchas de raza amarilla además de sumisas, amarillas, lampiñas y menudas estaban posicionadas transversalmente. Ninguna otra mentirosa fantasía se nos había hecho tan necesaria de probar. Nos gustaba desparramarnos en la risa escuchando sesudas explicaciones, motivos, tesis y definiciones que aseguraran tal condición. Hasta establecimos un premio a la mejor definición semanal, (aquella más difícil de refutarse.)Este premio consistía en cansar a cualquier interlocutor o aprovechar cualquier conversación, reunión, acontecimiento social o mediático a mano para comunicar, interponer o publicar entre todos esa definición ganadora. Invocábamos, como falsos autores, a Kant, Sartre, Shopenhauer y hasta el mismísimo Marx. Cualquiera que recordáramos podía ser autor de tal desatino, incluso San Martín, Bolívar u O'Higgins podían avalar el texto que concienzudamente aprendíamos de memoria para recitar con solemnidad y más énfasis que el "Preámbulo de la Constitución Argentina".Pero en aquel otoño del 80, "Constitución" sólo identificaba una estación Terminal de Trenes. Derechos quedaban pocos y las risas de estudiantes habían dado paso a distintas obligaciones laborales. Algunas veces no tenía que pasarme el día entero caminando el Microcentro de Buenos Aires, yendo y viniendo ...
    ... entre bancos y financieras. Esos días tan especiales atendía por teléfono reclamos de facturas impagas en la Empresa que me pagaba el sueldo. Entre los, "espere por favor que averiguo que pudo pasar" y "por favor déjeme el problema hasta mañana" pasaba tardes más descansadas y tranquilas. Lucía tenía una voz que me quitaba el sueño. Una voz profunda, casi susurrante. Como de hembra en celo permanente. Le gustaba arrastrar intencionalmente cada frase, haciendo mas largo el monólogo. Como regodeándose en la belleza de esa voz tan sensual. Me ponía la piel de gallina de tanta excitación. Nunca nos habíamos visto. Tan solo la relación comercial entre las empresas donde trabajábamos nos unía. Esperaba sus llamadas como el sol cada mañana.Tuvimos algún que otro problema, (que yo demoraba demasiado en resolver), y tantas veces se comunicó que llegué a conocer toda su vida. Pasamos desde confidencias mínimas, (mi novia se enoja por tonterías), hasta la fecha de su menstruación y que método anticonceptivo prefería. Le preguntaba cualquier cosa sólo para escucharla hablar. Sentir cada palabra y esperar su cadencia era casi un orgasmo para mí. Todo se desencadenó una tarde en que su llamada llegó justo a la hora de salir. " "Estaba saliendo Lucía, tengo clases a las 19.00"" "Si, ya se. Perdoname pero necesito hablar con un amigo"Su voz me dejó parado donde estaba. Me hipnotizó. Ya ni recordaba que era lo que iba a hacer. " "¿Me darías tu número y llamo esta noche a tu casa?. ¿Después de ...
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