1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 4.


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... sexo, sabe que la deliciosa sensación de placer anticipado que domina su coño es maravillosa, demasiado maravillosa para desdeñarla y disfruta del momento. La cálida y voluptuosa sensación de placer que emana de su sexo se distribuye por todo su cuerpo y la ardiente madre tiene que reprimir un gemido de placer al notar que se está mojando. No lleva bragas, no lleva sujetador, está desnuda debajo de aquel minimo traje. Mira a su hijo Pablo. Y lo que ve en sus ojos es la más pura lujuria. Mari Carmen no sabe lo que hará su hijo, pero sospecha que si se siente la mitad de cachondo que ella, la mañana acabará en una orgía de sexo desenfrenado. Pili observa a su madre, se asombra al comprobar que no lleva nada debajo del traje, puesto que la luz hace que se le transparente todo. La joven veinteñaera está caliente, y el hecho de que su madre esté junto a ella, casi desnuda, no contribuye a su enfriamiento. La tensión sexual se palpa en el ambiente, casi no se habla, solo ardientes miradas se cruzan entre los comensales, los cuales están todos más que calientes. La madre, excitada, sabe que es un momento delicado. Un momento que no ha previsto. Demasiado tarde, piensa que debió chuparle la polla a fondo a su hijo por la mañana y satisfacerlo. Ahora, está tan cachondo que no sabe lo que hará. Y es que tiene una erección tan imponente… Mari Carmen comprende que debe hacer algo para detener a Pablo. Un vistazo a su hijo la ha convencido de que está a punto de estallar, de que no podrá ...
    ... controlarse. En efecto, Pablo suda copiosamente, tiembla, sus ojos se desorbitan, no responde coherentemente y, de cuando en cuando, se lleva la mano a la entrepierna, donde palpa la cada vez más grande erección. -Pablo…- le dice suavemente. Mari Carmen le mira a los ojos. Su hijo le devuelve la mirada. Mari Carmen, entonces, toma una decisión drástica. Despacio, muy despacio, sin dejar de hablar ni un instante con Pili, introduce su mano derecha bajo los pantalones de su hijo. Abarca la polla de Pablo con la mano y la acaricia con suavidad, sintiendo la tersa calidez de aquella verga enhiesta y palpitante. Pablo está a punto de gritar de placer, pero se contiene y dedica a su hermana Pili una boba sonrisa. Mari Carmen le saca la polla de los pantalones a su hijo y empieza a manosearla en silencio, a sobarla desde abajo hasta arriba, presionando sobre todo el glande enrojecido y mojado. -Mmmmhh- gime Pablo. -¿Qué te pasa, Pablito?- inquiere Pili, un tanto extrañada de la cara de placer de su hermano. -Oh, no, nada, no es nada…es solo que…que me gusta mucho este…pan…está riquísimo…ahhh- miente Pablo, no muy bien. Mari Carmen, que no se ha detenido, estruja la verga de su hijo con la mano y se la machaca a fondo, haciéndole una potente paja. Pronto, abundantes chorros de masculina leche caliente se estrellan contra la parte baja de la mesa y embadurnan la mano de la madre y la entrepierna del muchacho. -Ooh…sii…un pan buenisimo…- gime Pablo, mordiéndose la lengua, corriéndose ...
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