Madre Desesperada. 01
Fecha: 06/04/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: valteri73ch, Fuente: RelatosEróticos
... cuatro, dos pijas en mi vagina y dos dedos en mi asterisco. Mientras sus dedos hurgaban dentro de mi culo, sus pijas se movían despacio dentro de mí, la lengua de Fabian lamia mis pezones, mientras que Alex besaba mi espalda. Todos gemíamos casi al parejo, el dolor que sentía por ser penetrada por ambos agujeros, desapareció, dando paso al placer total. Para ese entonces yo había experimentado varios orgasmos, pero el más impresionante de todos estaba por venir, cuando los amigos de mi hijo, descargaron de nuevo dentro de mi vagina, inundándome por completo de semen. Nunca espere que Alex terminara una vez más, pero así fue. Un gemido largo, profundo y algo sonoro, se escuchó en la casa. Cuando yo termine por última vez. Las piernas me temblaban, la cabeza me daba vueltas, mi respiración y corazón parecían detenerse por instantes, los chicos exhaustos y sudorosos, respiraban con dificultad, el primero en extraer su pija de mi vagina y dedo del ano, fue Alex, quien se tendió sobre la alfombra jadeando exhausto. Fabian, por el contrario, espero un poco más, hasta que su pija comenzó a perder dureza, fue hasta ahí que me levanto con sus fuertes brazos, ...
... poniéndome de pie; las piernas me fallaron por lo que una vez más me sujeto, dejándome sobre el sofá. El volvió a sentarse en el sillón agitado como todos. Los tres permanecimos así unos minutos, hasta que mi voz se escuchó de nuevo. -¡dios! ¡dios! ¡que locura! ¡chicos! ¿están bien? ¡porque yo, no se! ¡uh! ¡me fascino, me encanto! ¡dios! ¡mío! ¡que rico estuvo! – dije jadeante y susurrando – No recibí respuesta, fue entonces que, incorporándome un poco, logré percatarme de que ambos dormían como unos bebes. Levantándome aun con las piernas temblorosas por los efectos de la buena sesión de sexo recibida, caminé hasta donde había dejado mi ropa, tomándola me perdí dentro de mi habitación. A la mañana siguiente, al levantarme, pensé en la noche que había pasado con los amigos de mi hijo, de inmediato me sentí húmeda y deseosa de nuevo, al salir de mi habitación, miré a los tres chicos en la cocina, preparaban el desayuno. -¡buenos días muchachos! – exclame al llegar hasta la puerta – Los tres me miraron, sonrieron, respondiendo de la misma forma. Pero los tres tenían algo diferente, algo extraño, mismo que estaría por averiguar… pero esa ser otra historia… Continuara…