1. Ahora quiero más.


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: Closetxldx, Fuente: SexoSinTabues

    ... sigan tocando hasta que piensen que no hay nadie» –dije eso para mi mismo–. No dejaban de tocar, en ese momento pensé que se podría tratar de algo importante, me armé de valor y decidí ir a ver quién era y qué quería. Vaya sorpresa me llevé, era mi vecino, un panadero de unos 30 años. –Hola, bella dama, ¿se encuentran los dueños de la casa? –una gran sorpresa me llevé, ¡no me reconoció mi vecino que me conocía desde que nos mudamos aquí después de la muerte de mi padre!– es que la señora me dijo que si podía checar el inodoro porque anda fallando –¡claro!, eso fue lo que me dijo mi mamá mientras no le ponía antención–. –No se encuentran –dije con una voz muy femenina que en ese momento me inventé–, pero si gusta lo puede checar. Lo invité a pesar, me observó de pies a cabeza, –«Disculpe el atrevimiento, pero usted es muy bonita» –me dijo, no pude evitar ruborizarme. Lo conduje hasta el baño, empezó a checarlo, no pude evitar ver ese gran bulto que tenía en pantalón. Se lo seguí viendo hasta que el repentinamente giró su cabeza y notó lo que yo hacía, solo sonrió. Acabado el trabajo lo invité a la cocina a tomar un refresco. Cuando le estaba sirviendo se me quedó viendo a los ojos y dijo: -¿acaso pensaste que no lo notaría, Pablito? –en ese momento casi me desmayo pero él se paró y me sostuvo de la cintura. No pude evitar sentir mariposas en el estómago cuando me tomó. –Por favor, no diga nada, se lo pido. –No te preocupes. Antes de terminar de decir eso deslizó sus manos ...
    ... hasta mis nalgas y las apretó de una manera tan rica. Me acercó más a él. Inmediatamente me empezó a besar, al principio me resistí pero después me empezó a gustar, ¡era mi primer beso como niña! Inmediatamente empezó a jugar con su lengua, y me apretaba más las nalgas. Me empezó a recostar en la mesa y a subir el vestido, no tenía pena que me viera, solo pensaba en algo, ¡qué me hiciera suya! Puse mis manos en su cuello y le susurré al oído: «vamos a la sala», sin pensarlo dos veces me cargo y me llevó. Nos besamos de una manera tan intensa sobre el sofá. No resistía más, le quité la playera, y el me quitó el vestido y el brasier. Me empezó a chupar mis blancas y pequeñas tetas, mi piel se erizó. Le quité el cinturón, después el ajustado pantalón. Observé su enorme bulto, no pude evitar tocarlo, ¡la sensación más hermosa que hasta entonces había sentido! En ese momento él se quitó el bóxer, «voltéate», me dijo, le obedecí. Ahora estaba en cuatro patas sobre el sofá. Con sus dientes jaló mi tenga y la hizo a un lado. Tenía miedo, nunca antes me había penetrado, pero una sensación interrumpió esos pensamientos. Empezó a jugar su lengua por mi virgen ano, no pude evitar gemir. Mi ano ya estaba dilatado, «prepárate» me dijo, no había visto su verga, pero en ese momento la sentí TODA. Cada espacio de mi culito lo llenó, sentí cada milímetro de su piel. No sentí dolor sino placer. Dejó la lentitud y le dio más rápido. Amaba el roce de sus bolas con mis nalgas. Me jalaba del pelo y ...