Helena en el hospital
Fecha: 07/04/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Helena en el hospitalHelena no vino a trabajar una mañana y eso me extrañó bastante ya que ella no tiene por costumbre ausentarse sin avisar. Esperé hasta el mediodía y ya con un poco de preocupación la llamé, pero me tranquilizó diciendo que todo estaba bien, había tenido que internar de urgencia a su madre, pero que ahora estaba fuera de peligro. Me pidió si más tarde podía ir a hacerle un poco de compañía al sanatorio y de paso la traía de vuelta a su casa.La encontré un poco cansada y demacrada, evidentemente no había dormido bien, pero al verme se le iluminó el rostro en una hermosa sonrisa. Nos abrazamos y besamos largamente, mientras nos acariciábamos sin importar que alguien pudiera vernos. La madre ahora estaba bien, solamente había sido un susto, se encontraba descansando y casi a punto de dormirse.Un enfermero de guardia pasó haciendo una ronda. Era un chico joven, de lindas facciones, muy atlético, un auténtico Adonis realmente. Vi que a Helena le brillaban los ojitos con picardía y noté que el chico la calentaba. Se acercó por detrás y rozó su cuerpo contra el suyo, con la excusa de acomodarle mejor la almohada a su madre. El chico notó la intención, pero no dijo nada. Balbuceó algo que no entendimos y desapareció rápidamente.Un rato después regresó, diciéndole a Helena que si iba a quedarse durante la noche, podía disponer de otra habitación cercana para descansar. Ella simplemente le tomó de la mano llevándolo hacia la salida y le dijo suavemente: “Quiero que ...
... me la muestres”.Al entrar a la habitación vacía, Helena lo empujó por la espalda y le dijo: “me cogerías ahora?”. El chico tardó en reaccionar, pero dijo que por supuesto lo haría con gusto. Me miró a mí de arriba abajo, con una mirada inquisidora para que yo le confirmara la enfiestada de a tres, pero entonces le expliqué que mi participación era como voyeur.Helena ya se había quitado la falda y la blusa de abrigo, quedando solamente con una liviana camiseta de algodón, que dejaba ver la libertad de sus hermosas tetas y una tanga negra transparente que me calentaba muchísimo. Sus tacos aguja eran los más excitantes del mundo y hacían lucir sus largas piernas espectaculares.Empujó al enfermero hacia atrás, hasta hacerlo sentar en la cama, donde le bajó los pantalones hasta las rodillas, dejando ver una poderosa verga ya bien erecta, que me hizo pensar si valía la pena ser fiel a mi marido… pero dije que sí…basta Anita !Mi amiga se inclinó sobre esa hermosa pija y se la fue metiendo muy despacio en la boca, notando como iba creciendo de a poco. Por mi parte no pude resistirme a la visión del culo parado de Helena, así que le deslicé su diminuta tanguita negra hasta el piso y comencé a comerle su delicada conchita con mis labios. En pocos minutos dejó escapar un profundo suspiro y acabó sobre mi boca.El chico ya estaba bien empalado, la verga bien dura apuntando hacia arriba. Helena dejó de chupársela y le pidió que se acostara boca arriba. Entonces puso una pierna a cada lado ...