Días previos a su boda
Fecha: 08/04/2018,
Categorías:
Voyerismo
Sexo Duro
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... ni me acordé de encenderlo de nuevo.Mentí diciendo que me había entretenido con una vieja amiga de la prepa. También les mentí a mis padres y luego subí a mi habitación.Caminaba con cierta dificultad, a decir verdad... nunca nadie me había dejado así, adolorida de tanto... bueno pues... ya sabes, de tanto coger.(Ella rió y a mí me pareció extraña su abierta sinceridad. Jamás antes había escuchado a una mujer hablar con tal confianza de esos asuntos)Nomás de recordarlo, auch... me arde la entrepierna. Aunque también se me humedece la vagina. Nunca me habían cogido así. Ese sí que era macho. Se introdujo dentro de mí como todo un semental.(Yo me moría de celos nada más de oírle decir eso. Aunque también me estaba excitando, nunca había escuchado a una mujer hablar así)No pude dormir aquella noche, pensando en él. No me quitaba de la cabeza: su musculoso y bien constituido cuerpo; su tez bronceada y aquello enorme y descomunal... ufff... aquel trozo de carne que tenía por pene. Aquello fue una experiencia totalmente especial, y te lo debo a ti. Gracias.(Yo asentí con torpeza, consciente de mi estupidez al haberla llevado para que se la cogieran en vez de hacérselo yo mismo)Aunque también me sentía culpable, debo dejarlo en claro, pues le había sido infiel a Álvaro. Me casaría con él en tan sólo unos días, después de todo.Para despejar mi mente, al día siguiente, decidí volver a mi vieja rutina de ejercicios en un gimnasio al que desde hace tiempo no acudía.Eso mantendría mi ...
... mente y cuerpo ocupados, por lo menos eso creí, pero... no sé qué me pasó, parecía que lo ocurrido la noche anterior me hubiese abierto los ojos o, mejor dicho, el apetito sexual, pues a cada rincón que volteaba veía a algún chico que se me antojaba. Veía a los hombres con distintos ojos.No sé qué me estaba pasando. ¿Acaso me estaba convirtiendo en una pervertida?(Ella dio un sorbo a su copa de vino y luego prosiguió)Mientras veía a alguno que otro de los chicos haciendo ejercicio; ejercitando sus bien formados bíceps, sus musculosas piernas, su marcado abdomen, o sus imponentes pechos; fantaseaba con la idea de pedirles que me hicieran el favor de culearme.(Casi escupí el café que antes había ingerido. “Así, de plano”, pensé)Claro que era sólo una fantasía, pero estaba fundada en algo real, mi necesidad de tenerlo de nuevo dentro. Aquello que me hacía tan feliz y que no se comparaba en nada a lo que Álvaro pudiera darme en los siguientes años que viviríamos como marido y mujer.Notando que mi entrepierna ya se humedecía notablemente; cosa que nunca me había pasado en público; decidí abocarme a algo, a una actividad física intensa. Por ello me incorporé a una clase de aeróbics.Teniendo en cuenta que allí habría más mujeres que hombres, supuse que así no pensaría más en el sexo; sin embargo estaba equivocada, el instructor era un hombre atractivo, por lo menos así me pareció. Su cuerpo se notaba bien tonificado y su musculatura marcada, aunque no demasiado voluminosa.Seguí sus ...