Días previos a su boda
Fecha: 08/04/2018,
Categorías:
Voyerismo
Sexo Duro
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... instrucciones al pie de la letra. Pero cada que el instructor se acercaba a mí para ayudarme se me hacía agua la pepa.Mientras hacíamos ejercicios con las piernas, estando a gatas, se me ocurrió pedirle ayuda con tal de que se me acercara nuevamente.—¡Aaayyy! Me acaba de dar un calambre —le dije cuando estuvo cerca de mí.El instructor se hincó junto a mí y tomó mi pierna para darle masaje. Con sus diestras manos sobó mis músculos desde la pantorrilla extendiéndose hasta abarcar toda mi pierna. Sentir sus firmes y ágiles dedos, acariciándome toda la pierna, fue una experiencia deliciosa.—Es más arriba... ay, en la parte interna del muslo. —le dije al mismo tiempo que bajaba con lentitud mi pierna haciendo que mi rodilla descansara en el piso.El instructor subió más su mano hasta la parte interna de mi muslo.—¿Cómo te sientes? ¿Mejor? —él me dijo, mientras me daba masaje tratando de aliviar mi dolor.Cerré ambas piernas entre sí, para agarrar la mano de mi instructor entre mis muslos, casi a la altura de mi entrepierna. Me incliné hacia atrás y hacia adelante en varios movimientos que traté fueran de lo más cachondos, para expresar mi verdadero deseo. Al ver su cara noté que él había entendido.Lamentablemente, el instructor sacó su mano de entre mis piernas pues, supuse, temía ser descubierto. Aquello pondría en peligro su trabajo, pensé.No obstante, al terminar la clase me le acerqué y, una vez hubieron salido las demás chicas, me atreví a besarlo. Ya no aguantaba más, en ...
... ese mismo momento deseaba que alguien me penetrara.Él trató de evadirme argumentando que si lo veían flirtear conmigo lo podían despedir del trabajo, pues aquello estaba prohibidísimo. Yo, que no me quería quedar así de caliente, le pedí, le rogué, que me cogiera.Por fin dio su brazo a torcer. Aceptó y me llevó al vestidor de los empleados. En aquel lugar nos escondimos en un cuartito donde guardaban los enseres de limpieza. Allí, según me dijo, no entraría nadie en ese momento.Al estar solos, inmediatamente comencé a desnudarlo, cosa que no me costó mucho pues sólo vestía una camiseta y un short. Bajé inmediatamente hasta su sexo que ya estaba erecto y así me lo metí a la boca.Mientras lo mamaba tomé conciencia de que le estaba siendo infiel a Álvaro por segunda vez y, la verdad, me gustó.Gocé de su miembro elástico que se hacía cada vez más grande dentro de mi boca. Yo ya estaba ansiosa por meterme ese pedazo de carne en lo más profundo e íntimo de mi cuerpo, así que me levanté y le di la espalda girándome en aquel pequeño espacio con cierta dificultad.Está de más decir que me esforcé por brindarle lo mejor de mí al ponerme de puntitas, parando así mi trasero haciendo que su hombría se clavara en medio de él. Mi antes instructor y ahora amante, trató de librarme de mi ropa deportiva pero estábamos tan incómodos por el limitado espacio que, colmado por la ansiedad, en un arranque de desesperación lo rasgó. Creó así un agujero por donde pretendía introducir y clavarme su dura ...