1. Entre juegos y bromas


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que ya soy mayor y hay que mantener las cosas tersas y suaves -risa picarona-. Además, así aprendes los que son, que a las chicas nos gustaría que vosotros nos regalarais de estas cosas.Yo la miré y asentí sonriendo. Ya me lo temía y, sin tregua, yo que había estado todo el día de ayer y hoy entre erecciones y relajaciones, comencé a excitarme. Fue a su habitación y trajo dos frascos.La TV sonaba de fondo, como excusa, pero ella me explicaba para qué servía cada uno y yo miraba con mucho interés. Se estaba extendiendo una de ellas, a modo de aceite, por las piernas, que se reflejaban todavía más. Extendía el líquido desde los tobillos hasta casi muy cerca de las nalgas, donde comenzaba el calzón. Yo ya esbta muy caliente viendo esas piernas y esas manos masajeándose. Ella me miraba y sabía cómo estaba, igual que ella, excitados los dos.- Alberto, tú esta crema no te la puedes dar en esas piernas todas llenas de pelos. -Me acercó una mano al muslo y lo manchó con la crema mientras lo acariciaba, enre miradas y risas- Fíjate, se te queda todo pringoso. A mí, sin embargo, no.- Ya veo, ya veo... -dije yo con un tono muy sugerente-. Veo que esas cremas funcionan ¡eh! -la guiñé un ojo-.En esos momentos yo estaba medio de lado para disimular la erección que era bastante visible, si no, debido a los pantalones poco amplios. A ella le veía esas tetas bastante ajustadas en el top que parecían esconder unos pezones grandes. Me estaba poniendo enfermo. Ella sonreía, se echaba un poco ...
    ... más, reía, y me lanzaba indirectas de esas suyas que me hacían sonrojar y se aprovechaban de mi timidez. De repente se incorporó.- Bueno, esta segunda crema... es un reafirmante... que se pone por la tripa y la espalda... Me voy a quitar la camiseta, a ver si te vas a dar un susto o te molesta que me quede en sujetador. Si no...- Eva... -dije yo medio extasiado-. Me estas poniendo malo, chica... Que uno tiene 18 años y las homonas le juegan a uno una mala pasada... Por mí quítate todo lo que quieras, ¡eh! -le decía mientras sonreía con cara picarona e ingenua-. Yo venía buscando tranquilidad y me he encontrado algo mejor. -le dije guiñando un ojo-Ella entonces, que se estaba riendo mucho me dijo que no pasaba nada, ¡que era una vieja! Entonces se quitó la camiseta de tirantes. Estuvo un rato bromenado, sin echarse la crema. Después de un rato diciendo cosas muy picantes sobre mí, sobre ella y sobre ambos, y viendo que yo estaba sonrojado y nerviosillo -algo que yo pretendía en beneficio del juego-, se acercó a mí y me dio un pequeño achuchón como cariñoso, nada explícitio. De esos que sirven para encubrir un poco de roce, unas caricias y el leve tacto. Pude sentir sus senos apoyados, con mayor o menor intención en mi hombro, y su pierna calida rozando mi muslo.- No seas tonto, Alberto -me decía acariciándome, sonriendo con una mirada lasciva-. Ja-ja-ja... estás pasando un rato sofocado con una chica tan vieja como yo... ay, ay, ay, ¡esas hormonas!- Es que me tienes a punto de ...
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