UNIVERSITARIO 10
Fecha: 09/04/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: trujillano_hot, Fuente: SexoSinTabues
A la mañana siguiente me dirigí contento a la universidad como un niño que espera un caramelo. Por un lado temía a Pablo, o mejor dicho, a mi amo, pero por otro lado no podía negar el morbo que me producía cumplir todos sus mandatos, cada vez más perversos. Un mes atrás no me podría haber imaginado que acabaría disfrutando tantísimo de considerarme a mi mismo la perra personal de este cabrón. PARTE 1: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32446.html PARTE 2: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32499.html PARTE 3: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32602.html PARTE 4: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32702.html PARTE 5: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32748.html PARTE 6: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32808.html PARTE 7: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32889.html PARTE 8: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32941.html PARTE 9: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-35930.html Pasaron unos cuantos días más sin saber nada de Pablo. O al menos, físicamente, puesto que no dejaba de acosarme con el móvil en ningún momento. Sin embargo, desde el último encuentro, estaba más retinente a que nos viésemos, quizá por la situación en la que se vió comprometido. Por ello no quise sacar en ningún momento el tema a relucir ni mencioné nada relativo a lo acontecido aquella noche en su habitación. Sin duda, Pablo estaba acostumbrado a ser el macho alfa, y para verse sometido ante esa persona debía ser ...
... algo especial para el. El silencio no duró demasiado, y al cuarto día recibí un mensaje indicándome que quería que a la mañana siguiente me acercase a nuestros baños de siempre. Como hacía tantos días que no le veía, quise prepararme como siempre para la ocasión y me volví a rasurar los pelos de la barba y del pecho, no fuese a quejarse de que me estaba descuidando. Del mismo modo, antes de irme a dormir me metí en el culo ese dildo pequeño que Pablo ya me había prestado de manera permanente para que el culo estuviese preparado. A la mañana siguiente me dirigí contento a la universidad como un niño que espera un caramelo. Por un lado temía a Pablo, o mejor dicho, a mi amo, pero por otro lado no podía negar el morbo que me producía cumplir todos sus mandatos, cada vez más perversos. Un mes atrás no me podría haber imaginado que acabaría disfrutando tantísimo de considerarme a mi mismo la perra personal de este cabrón. Entré en la facultad y me dirigí directamente hacia los abandonados baños. Me colé en el interior, pero estaba vacío. Si me había citado allí, era porque era allí donde quería que estuviese, así que podía esperar o mirar si me había dejado algo. Investigué en nuestro cubículo particular, que para mi ya era una pequeña capilla, y me quedó todo mucho más claro. Allí encontré el enorme dildo de Pablo, carnoso, gordo y con venas, clavado en la tapa del váter, apuntando firmemente hacia el techo. En el suelo, a su lado, una nota: "Lubrícalo y espera con él". No cabía ...