1. Tormenta de verano (2ª parte)


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: amanuense, Fuente: xHamster

    ... piernas mi cintura. Yo perdí la toalla que cubría por debajo de la cintura, y nuestros sexos de nuevo se encontraron. Avancé con ella enroscada a mi cuerpo. Llegué a la habitación de matrimonio con la cama todavía por hacer. La dejé de pie, y sus pechitos quedaron a la altura de mis ojos. Los besé, los acaricié y los apreté entre mis grandes manos antes de que mi lengua reclamara su turno para jugar en ellos. Sus pezones tan anchos y duros como siempre se erizaron nada más empezar a mamar de ellos. Inma se mordía los labios, echaba hacia atrás la cabeza y se deshacía en suspiros. Muy despacio se dejó caer sobre la cama y yo caí también con ella.No despegué mi cara de su piel hasta no reconocer de memoria la geografía de sus senos. Mis dedos dibujaban en continuas caricias la irregular circunferencia de sus areolas, su sabor se impregnaba en mi lengua, mis labios seguían trabajando esos pezones hipersensibles. Continué descendiendo, besando su vientre nervioso, que ascendía y descendía al compás de su cada vez más acelerada respiración. Sentí las cosquillas de su vello púbico en mi cara. Inma gimió, separó y flexionó las piernas y en un prolongado suspiro se relajó. Besé cada centímetro de la cara interna de sus muslos. Acerqué la cara, inhalé su aroma, mi boca se posó sobre sus labios, y ella con los ojos cerrados sólo acertaba a gemir. Besaba su vello, tirando suavemente de él, y la forma de su sexo resaltaba ante mis ojos. Con mi lengua lo recorrí de abajo a arriba, y las ...
    ... manos de Inma buscaron acariciar mi cabeza. Me ayudé de los dedos para hacer resaltar su clítoris, y mi lengua dio pequeños topetazos en él que en su cuerpo provocaron descargas de placer. No había prisa, teníamos todo el tiempo del mundo. Ningún ruido nos iba a interrumpir esta vez, así que continué con la cara hundida en su sexo. Mi nariz se frotaba en su pipa, su pelo brillaba por efecto de la saliva, y mi lengua se adentraba en el pasadizo rosáceo que se hallaba tras él.- ¿Dónde tenéis los condones?- pregunté incorporándome mientras con mi mano calibraba la dureza de mi polla. Ya estaba lista para una nueva batalla, e Inma también estaba suficientemente lubricada.- No usamos, pero sé dónde los guarda Pedro- respondió ella. Me dio las indicaciones. Fui a la habitación de mi amigo sin pensar demasiado que era a su madre a quien iba a volver a tirarme, y volví con la polla ya enfundada en un condón que apenas me cubría medio tronco.- Vaya, no parece que uséis la misma talla- dijo ella riendo viendo el ridículo y pequeño vestido de mi rabo.Me tendí encima. Nos besamos, y mi cuerpo buscó acomodo entre sus muslos. Una ola de calor recorrió mi cuerpo cuando muy despacio mi polla se adentró en su coño. Suspiramos al unísono, y empecé a moverme. Lento, sintiendo como su vagina se adaptaba a unas dimensiones que le resultaban extrañas. La humedad que empezaba a bañar su interior contrastaba con su cara sofocada. Inma, las piernas al aire, gemía con cada una de mis embestidas. Yo ...
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