Encuentros con Sofía (Cap. 5)
Fecha: 22/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos
... pies, cerca de la entrada prohibida, para empezar a devorarla como nunca lo había hecho con nadie. Ella me tenía del cabello, mientras yo exploraba esos labios rosados y mojados de su vagina, encontré su redondo y ansioso clítoris, el cual empecé a besarlo y masturbarlo con mi lengua. Mientras ella se retorcía de placer y sentía que estaba a punto de estallar, y así lo hizo en mi boca. Empecé a subir besando su cuerpo pasando por su vientre y recorriendo esos montes prohibidos, luego de amasarlos y besarlos furiosamente llegar a su boca, intenté montarme en ella para penetrarla, pero no me dejó, me hizo dar vuelta y recostarme de espaldas. Enseguida se subió sobre mí, y como en casi todo nuestro encuentro sexual, seguía llevando las riendas, pus tenía mucha más experiencia que yo. Arrodillada sobre mí, con sus piernas a mis costados, se acariciaba su entrepierna con mi miembro, mientras sus manos colocadas en mi pecho me acariciaban, yo la tenía de su cintura, pero ella llevaba el ritmo. Entre gemidos apuntaba hacia mi miembro y a pesar que este estaba a su máximo, no lograba atinar entrar en aquella caverna prohibida, con una de sus manos cogió mi miembro y lo dirigió hacia su vagina, poco a poco fue introduciéndoselo, yo me retorcía de placer y ella gemía como una loca. Era una sensación indescriptible, eran tan caliente, que sentía que me derretía el miembro, a la vez tan apretada y deliciosa que me descontrolaba. Poco a poco, logró introducírselo todo, y por un momento ...
... se sentó de un solo golpe y se mantuvo ahí, mientras se retorcía para atrás y se acariciaba su cabello y se sobaba sus pechos. Yo la tenía de sus caderas y pasaba mis manos a su trasero, en momentos acariciaba desde su vientre hasta sus pechos y cara, y volvía a repetirlo, sentir ese cuerpo tan hermoso y sudado de placer en mis manos, hacía que me olvide hace rato que era mi madre, ahora era una mujer, mi mujer. Y ahora empezó un mete y saca, que apoyada en mi pecho fue haciéndolo cada vez más rápido hasta que con un grito conjunto temblamos los dos, entre alaridos de placer, gemidos y expulsión de líquidos por parte de los dos, terminamos. Me sentí bañado por sus jugos y ella llena de mi semen. Cayó rendida a mi lado, nos quedamos por un momento echados en la alfombra, cerca de nuestras ropas tendidas por todo lado, y de ese vestido hecho trizas que traía puesta hace poco más de una hora atrás. Nos abrazamos, y nos quedamos así por un momento, nos quedamos dormidos, no sé por cuanto tiempo, hasta que el frío me hizo despertar, y al verla desnuda y abrazada completamente a mí, nuestras piernas entre cruzadas, mi miembro empezó a ponerse nuevamente en todo su esplendor. El calor que emanaba mi miembro y las caricias que le daba, hicieron que Sofía se despertara. Tenía miedo que ahora se arrepintiera de lo que acabábamos de hacer. — Hola amor, le dije, mientras buscaba sus labios para besarla — Hola mi vida, me contestaba, mientras que con los ojos semi cerrados, me correspondía ...