Lo que hubiera sido (2ª parte)
Fecha: 20/04/2018,
Categorías:
Hetero
BDSM
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... masturbé con el solo recuerdo. Ya me desquitaría con su cuerpo cuando hubiera oportunidad. Transcurridos un par de días, volvimos a salir y transcurrieron, así, cerca de 3 meses. A veces, durante los fines de semana, íbamos a hoteles a saciar los deseos de la carne. Elena no había terminado aún con Lalo, pero me daba igual. Al fin y al cabo, era mía y cumplió con su parte del trato. Me contaba todo lo que hacía con él y a veces se tomaba fotos con su celular y me las mostraba mientras me masturbaba. Muy a mi pesar, disfrutaba con todo aquello, no obstante, seguía sintiendo desasosiego y ansiedad debido a que no veía para cuando ella terminaría esa “relación”. Aunque no lo admitiera, ella sentía algo por él y, pese a que tenía la certeza de que lo nuestro era mucho mayor, estaba casi seguro que era por ese cariño que no finiquitaba el asunto para regresar, enteramente conmigo. Por consiguiente, todas nuestras salidas eran, hasta cierto punto, furtivas. Oficialmente yo era el otro, ya que el actual era Lalo. Elena disfrutaba de la situación y de repente, mientras cogíamos, me lanzaba frases como “cornudo, pendejo” o “que rico es tener dos vergas a disposición”, lo que, lejos de ser un impedimento, me excitaba aún más. Incluso hubo una ocasión en que, debido a mi nivel de calentura, me pasé de la raya al lacerar su cuerpo y, en primera instancia, Elena me rogó que jamás volviera a cruzar ciertos límites, pero pasados unas semanas, me rogó que volviera a ser así de duro. Pronto ...
... escribiré sobre aquello en un relato aparte… Así que cerca de 4 meses después de todo aquello, me llegó una noticia que cambiaría mi mundo. Cuando me enteré de todo el asunto y una vez concluido éste, moví mis piezas para lograr algo que había soñado mucho tiempo antes y que, por falta de algunos factores, imaginé que se quedaría en sólo eso, un anhelo. Pero ahora tenía todo a mi favor para realizar ciertas empresas. De manera que, cuando hube tenido todo listo y planeado, le conté la buena nueva a Elena. Nos habían dado la habitación 415 en ese hotel que se encuentra entre chabacano y viaducto, sobre la calzada de Tlalpan. Era sábado en la noche y ella se había quedado convenientemente sola. Sus padres y hermanos se habían ido a Chiapas a visitar a la familia, pero desgraciadamente estaban remodelando su casa y no podíamos disponer de ella. Ese día y desde temprano, comenzamos un maratón de cerveza que, buena falta nos hacía. Al principio fuimos a Copilco por una deliciosa pizza con cerveza de barril, después nos movimos a un billar cerca del Estadio Azteca, donde vaciamos dos cubetas llenas de indio y victoria, para terminar en el hotel Mexicali. Sólo entrar Elena me besó con pasión mientras desabrochaba con verdadera desesperación mi pantalón. Cuando tomamos, ambos nos ponemos perdidamente calientes y ella, generalmente, se deja hacer más cosas por mi… - Hoy quiero que me lastimes mucho –me soltó melosa entre beso y beso cuando logró que mi pantalón estuviera en el suelo. ...