La reeducación de Areana (17)
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... buenita conmigo, Areana?... -Sí… ¿Me vas a volver a pegar?... -No, ya te di bastante por hoy… -¿Por hoy? –se alarmó la esclavita. –¿Eso quiere decir que…? -Ahora te voy a coger con ese hermoso juguete que me dio Milena. –dijo Lucía interrumpiéndola y dejando en suspenso la posibilidad de nuevas palizas en algún momento, lo cual inquietó a Areana. Entonces intervino Milena: -Bueno, Lucía, quiero acción. –dijo y le alcanzó a la chica el consolador con arnés. Lucía se incorporó y se lo puso, provocando la entusiasta aprobación de Milena. -¡Qué bien te queda! ¿Lo sentís bien? ¿te gusta, nena? -¡Me encanta, Mile! ¿Sabés cuánto mide este chiche? -Sí, dieciocho de largo por tres de ancho. -¿Escuchaste, Areana? Dieciocho centímetros por tres que te voy a enterrar en el culo. –y lanzó una carcajada hecha de crueldad. Milena le alcanzó el pote de vaselina y le dijo: -Tomá, lubricá bien el consolador y ponele también a ella en el agujero. No quiero que se lo rompas. -Qué… ¿le tenés lástima? –dijo Lucía con cierto tono burlón mientras tomaba el pote. -Nada de lástima. Es que no queremos que esté un tiempo sin poder atender a las visitas. Lucía embadurnó la pija artificial con vaselina y luego hizo tender a Areana boca abajo en el piso: -Abrite las nalgas. –le ordenó y puso vaselina en el pequeñísimo orificio aprovechando para meter allí parte del dedo medio. Areana dio un respingo y Lucía se burló: -Eh, nena, ¿tanto escándalo por medio dedo? ¿Cuándo te meta este pijón qué vas a hacer? –y ...
... emitió una risita perversa para después dirigirse a Milena: -Mile, quiero que la mami participe. -Ya oíste a la chica. Estate lista para hacer lo que se te ordene, puta. –le dijo la asistente a Eva. -Si, señorita Milena. –murmuró la esclava mirando a su hija en cuatro patas, en posición para el empalamiento, con Lucía arrodillada detrás y sosteniendo el ariete con su mano derecha para dirigirlo despacio hacia el diminuto objetivo hasta apoyarlo y después hacer un poco de presión. Areana se movió, temerosa, y entonces Lucía le pidió a Milena que la mantuviera quieta. La asistente se ubicó a un costado de la esclavita y la aferró por las caderas. Ya así sujeta, Lucía acentuó la presión del consolador que no obstante la vaselina encontraba dificultades para introducirse en tan estrecho sendero. -Relajate, putita. –dijo Milena. -No te pongas dura. Vamos, relajate. Las palabras de la asistente distrajeron a Areana y eso lo aprovechó Lucía al ver un tanto más floja a su víctima. Aferró fuertemente la pija artificial y sin miramientos lo metió primero parcialmente y después hasta la base mediante otros dos embates. Areana corcoveó sacudida por un dolor intenso, insoportable, mientras un chillido casi animal brotaba de su boca abierta al máximo. En su desesperación trataba de corcovear con el absurdo propósito de quitarse esa cosa que martirizaba su pobre culito, pero Milena la mantenía bien sujeta, ahora pasándole su brazo derecho por debajo del vientre y uniendo sus dos manos para ...