La chica del Súper y su novio
Fecha: 23/04/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... lo que quería. Entre las nueve y las diez menos cuarto está su novio con ella; así que desde hace una semana decidí ir a las nueve y pico, que no hay casi nadie. Desde hace una semana también comencé a entablar conversaciones más profundas y más de amigas; ella me cuenta mil historias y se mete con Pedro como de broma delante de él. En tres días me los he metido a los dos en el bolsillo, tanto que cada mañana Pedro se porta más correcto y menos macarra. Todos los días me agacho a sacar el pan de la cesta, dándoles la espalda y enseñándoles a los dos, bajo la minifalda, mis braguitas de encaje, ¡y de marca! María José me cuenta hasta cómo se lleva con su madre, y los problemillas de pareja los discuten los dos conmigo, como si yo fuera su psicóloga; me encanta que confíen en mí, aunque solo llevo tres días, literalmente, intimando en la conversación. Después de tres días de más de media hora de miradas cómplices y de darles amistad, les dije a los dos: —Chicos, porque no quedamos esta tarde y tomamos algo y os cuento más cosas de mí y reímos, ¿Qué os parece? —Dabuten pelirroja, ¿no te parece cari? —dijo Pedro. —Chachi, esta tarde fiesta, pero en nuestro pisito, ¿vale Margarita? —dijo María José. —¡Genial! —dije yo encantada. Cuarto día de mostrarme exuberante, amiga y estar atractiva. Ya en su pisito, muy mono, les conté mis experiencias dando masajes tántricos, ¡con pelos y señales! Los dos se quedaron boquiabiertos escuchando los detalles. A Pedro se le notaba un bulto en ...
... el pantalón como un demonio de grande; dijo María José: —Yo he escuchado a amigos decir como se lo hacen y me parece excitante, a mí también me gustaría que me dieras uno, si lo haces tan bien tía, jajajja, y a Pedro seguro que también le gusta, porque sé que le gustas Margarita. Vamos a ver, cuarto día y los dos en el bote; creeréis que es mentira, pero no. Ellos tienen diecinueve añitos los dos, yo veintitrés; ellos esa tarde ya se habían tomado varios cubalibres y un par de porros y estaban aplanados, sumado a su juventud. Les dije a los dos: —Venga, no seáis tontos y no os quedéis con las ganas de probar mis manos, primero se lo daré a Pedro y después a ti; ¿vale? —Vale Margarita —dijeron los dos a la vez. Pedro se desnudó y se tendió sobre la alfombra del salón. Lo acaricié por todo el cuerpo con suavidad, como dándole cariño, pero si tocar sus partes nobles. María José miraba embelesada con el cubalibre en la mano (yo no bebo alcohol y estaba fresca como un reptil). Pedro fue separando las piernas cada vez más, obscenamente, su pene se había aflojado por la impresión y no alcanzaba la erección, al fin se lo mamé y se puso algo más firme, acaricié sus huevos y comenzó a dar alaridos de placer, bajé la mano y acaricié su ano. El separo tanto las piernas como una jovencita la primera vez… le metí mi dedo índice de la mano derecha en el culo y lo moví un poco mientras con la otra mano lo masturbaba. Se corrió al instante, con espasmos y apretando mi dedo con los músculos de ...