Mi madre y la vendedora
Fecha: 23/04/2018,
Categorías:
Lesbianas
Sexo con Maduras
Autor: RaxterTales, Fuente: CuentoRelatos
Siempre he pensado que toda mujer lleva el lesbianismo en su sangre, ya que son hermosas y es imposible resistirse a los encantos de una. Un sábado en la mañana tocan a la puerta, al abrir casi se me cae la boca, una mujer de unos 40-42 años, con unas tetas gigantes parecidas a las de la actriz porno Milena Velba estaba ante mí: morena, cabello castaño, con unos ojazos cafés, un cuerpo increíble, camisa blanca, pantalón de mezclilla muy pegado. - Hola joven, mucho gusto, soy Claudia Romero, ¿Esta tu mamá? - Sí, sí. Conteste nervioso, ella me miraba con una sonrisa. Fui a hablarle a mi madre, al llegar quedo igual de sorprendía que yo. - Hola, mucho gusto señora me llamo Claudia Romero, vengo ofreciendo cremas para la cara y así obtener un cutis perfecto. - No ahorita no, gracias. Mientras echaba algunas miradas a sus tetas. - Tengo 56 años y mire mi cara, cero arrugas. Mi madre y yo nos sorprendidos, se veía mucho más joven. - Mmm, bueno pase. Respondió mi madre. - Muchas gracias, solo será un momento. Se sentó en el sillón de la sala y saco de su portafolio los productos, los mostraba le decía a mi madre como usarlos, yo solo estaba allí por morbo de ver esas tetas, ella no quitaba su sonrisa de la cara, se nota que sabe hacer sentir en confianza a sus clientes, notaba como mi madre igual no paraba de mirarle aquellos melones que parecían explotar en esa camisa tan apretada. En eso la vendedora pidió ir al baño, a lo cual mi madre la guío, al regresar me dijo. - ¿Le viste ...
... esas tetas? Me sorprendió la pregunta de mi madre. - ¿Que? No, no. Mintiendo. - ¡Oh vamos!, hasta yo sé las vi, son gigantes. - La verdad es que sí. Solté una sonrisa pícara. - Ándale sube a tu habitación a limpiar tu cuarto, que aquí te vas a distraer mucho. Dijo riendo. En eso volvió Claudia y yo me fui a mi cuarto, pero tenía curiosidad, aquella auténtica Milf me la puso durísima, baje un poco las escaleras sin hacer ruido y podía escucharlas y mirarlas. - ¿Entonces quiere estás cremas verdad? - Si. Respondió mi madre. - Bien, le aseguró que le van a servir mucho. - Eso espero. Mientras hacia la nota de los productos que pidió mi madre, ella le pregunto algo me dejó helado. - Disculpa la pregunta pero tengo curiosidad ¿Son naturales? Dijo tartamudeando. - ¿Qué cosa? - Tus este, te, te, tetas. - Jaja, Si, muchos me preguntan eso. - No lo puedo creer, son muy grandes. - Desde niña me empezaron a crecer demasiado, el doctor dijo que eran por qué producía muchas hormonas, ya te imaginas la de chicos que andaban tras de mí en la escuela. - ¿No te duele la espalda? - Una se termina acostumbrando. - Uff. Expreso mi madre. - Anda toca para que veas. - Hay no, qué pena. - Vamos, no pasa nada. Seguido de esto tomo la mano de mi madre y la acercó a sus tetas. - Tu hijo y tú no paraban de mirarlas desde que llegué jaja. - Perdón, nunca había visto unas tan enormes y eso que las mías eran chicas pero mi esposo me pago la cirugía para tenerlas más grandes. No sé qué pasaba pero mi madre ...