Mi primito (II): El primer anal
Fecha: 05/09/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Lena Hache, Fuente: TodoRelatos
Eran más de las dos de la mañana y no podía dormir. Mi mente estaba muy alterada por lo que había hecho con mi primo Mateo. Estaba feliz porque estaba segura de que no existía ningún hombre que valiese más la pena que él, pero era incapaz de no arrepentirme. Acababa de perder la virginidad con mi primito, y él la había perdido conmigo. Era algo que me gustaba y me disgustaba al mismo tiempo, pero el gusto iba ganando al disgusto.
La casa del pueblo era tan grande que cada primo tenía su propia habitación, aunque en alguna no cabía nada más que la cama y un pequeño armario. Yo me levanté con la intención de ir a buscar a Mateo, con la excusa de estar muerta de miedo, para ver si él también estaba despierto y, en caso de ser así, charlar un rato con él sobre lo sucedido. Pero me achanté y me volví a la cama. Lo que más me ponía de Mateo, sexualmente, era que yo estaba por encima de él, que yo era su protectora y él el débil al que protegía y seducía con las mismas ganas. Abandoné el plan para no perder mi posición de protectora. Le envié un mensaje por el móvil que decía:
- Ven a mi habitación con la excusa de que tienes miedo y necesitas que te proteja. Me volvería loca que lo hicieses.
- No, ven tú. - Respondió él en menos de un minuto.
- ¡Qué bien que estés despierto! ¿Por qué no?
- Porque me da miedo salir yo sólo de mi habitación. Ven a salvarme, porfa. - Yo no supe si esto era verdad o era una estrategia para excitarme.
Sea como fuere, me volvió loca. ...
... Mi coño se mojó con una rapidez pasmosa. Fui en su busca. Entré a su dormitorio y lo acompañé hasta el mío. El suyo era más pequeño. No era el más pequeño, pero el mío era más grande, no sólo el cuarto, sino también la cama. Al llegar yo me desnudé.
- Quiero repetir, me vuelves loca y no puedo dormir por tu culpa. - Dije atravesada por la emoción del momento.
Él no dijo nada, sonrió y se desnudó. Lo empujé suavemente con la fuerza necesaria para que cayese boca arriba en mi cama sin hacerse daño. Me puse encima pero al revés. Boca abajo, con el coño en su cara y dejando que su pene entrase en mi boca. Le hice una mamada mientras restregaba mi coño en su boca sin darle opción a lamérmelo. La fuerza con la que presionaba mi coño contra él le impedía abrir la boca y sacar la lengua. De vez en cuando me sacaba su polla de la boca y mordía las sábanas para que mis gemidos no hiciesen demasiado ruido. Mateo se corrió en mi cara y sin quitarme el semen me fui directa a su boca para darle un morreo. Al principio le dio una arcada, pero tras un segundo beso la cosa cambió y fue Mateo el que me dio el tercer beso para quitar de mi cara, con su lengua, cada gota de su leche.
Yo seguí masturbándome y jugando con mis tetas mientras él se recuperaba. Puse el culo en pompa y le dije que cuando estuviese listo era todo para él. No tardó ni un segundo en ponerse de rodillas y meter su pene en mi coño. Sin pausa, de golpe. Tan de golpe que me dolió a pesar del tamaño reducido de su ...