1. El liguero


    Fecha: 09/09/2025, Categorías: Hetero Autor: carizzia, Fuente: CuentoRelatos

    Desde luego es precioso. Aunque me parece un poco caro. Total para lo que me va a durar puesto no sé si debería gastarme tanto. ¡Qué demonios!… “Señorita por favor… ¿los probadores?”… “Si… como no… al final del pasillo”… “Gracias”… “De nada”.
    
    Me dirigí a los probadores sintiéndome observada, me giré incluso para comprobar si alguien me seguía y no, no había nadie, pensé: que raro… creí que me miraban y continué mi camino.
    
    Ya en el probador comprobé que el camisón semitransparente me sentaba fenomenal, se ceñía a mis curvas con suavidad, su tacto sedoso hacía de el una caricia para mi piel… (se volverá loco cuando me lo vea).
    
    Salí del probador dispuesta a comprarlo, pero en mi camino algo llamó poderosamente mi atención, se trataba de un liguero de color berenjena con el sujetador y el tanguita a juego. Como soy de naturaleza caprichosa y un poquito fetichista decidí probármelo, total aquella mañana había salido de casa con el ánimo muy bajo dispuesta a subirlo gastando dinero en algunos caprichitos y está claro que la lencería fina siempre ha sido uno de mis caprichos predilectos.
    
    ¡Pero si también lo hay en color granate! ¿Y ahora cual me llevo?
    
    Estaba con mi mente tan ocupada en decidir cuál de los dos colores me quedaría mejor que no advertí que alguien se me estaba acercando por detrás, cuando lo noté ya estaba demasiado cerca, me quedé inmóvil, respirando un olor muy varonil, podía sentir a través de mi ropa el calor de otro cuerpo, podía sentir su ...
    ... aliento en mi nuca…
    
    Me recorrió un escalofrío y su cercanía me hizo sentir violenta… Me giré intentando conservar la calma, allí estaba él, un hombre alto y elegante con una mirada de descaro impresionante. Agarré los dos ligueros y al intentar evitar al desconocido se me cayó uno al suelo, nos agachamos a un tiempo, nuestras manos se tocaron al recogerle, sentí una mezcla extraña de temor, deseo y osadía… Su actitud hacia mí dejaba muy claras sus intenciones, era evidente que me deseaba… (¡me gusta a rabiar… que locura!… pero ¿cómo se atreve a acosarme así? Uff que calor).
    
    Una de las dependientas atendía a una señora entradita en carnes que se empeñaba en comprar un tanga de la talla 52, cuando la dependienta le dijo que no tenían tallas tan grandes la señora se marchó muy ofendida y muy enfadada empujándome sin querer al pasar por mi lado. Yo perdí el equilibrio sobre mis tacones de aguja y caí de espaldas, bueno… no caí… unos brazos fuertes me sujetaron y me sostuvieron impidiéndome separarme… (es él otra vez… ¿y si me da la vuelta y me besa?… si… ojalá lo haga)…
    
    Pero él no se movía solo permanecía pegado a mi cuerpo… muy… muy pegado… podía sentir en mi espalda todos y cada uno de sus músculos… y en mis nalgas sentía algo duro que crecía por momentos… algo que desde luego no era su teléfono móvil… me excitó ese pensamiento… (Dios mío… ¿estoy loca o qué?… si no me suelta pronto no respondo)… a pesar de nuestra mutua excitación intenté separarme como pude y para mi ...
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