Romina, camino a la perversión 02
Fecha: 24/09/2025,
Categorías:
Fetichismo
Autor: RominaKioo, Fuente: TodoRelatos
... duchaba en casa luego de llegar del instituto, oliendo fuerte a orina, pegajosa y chorreada de tanto pajearme, siento golpes en la puerta, tímidos al principio y luego más enérgicos.
-Romi, bebé, perdón, pero de verdad necesito pasar al baño – Le oí suplicar a Sofía. Me sobresalté un poco asustada, estaba tocándome, pellizcando suavemente mi clítoris gordito y sobresalido. Sin poder pensar claramente solo me dejé llevar (desde hacía unos días, Sofía, sin saber por qué, había comenzado a llamarme bebé, me había dado curiosidad al principio, luego mucho morbo).
- Si Sofi, pasá, me estoy duchando, pero está la cortina – dije tratando de sonar casual. Ella pasó rápidamente, la distinguí vagamente a través de la cortina, se subió la falda y se sentó en el inodoro. La espié disimuladamente mientras el agua de la ducha caía sobre mí, me di cuenta que la muy degenerada no llevaba ropa interior. Comenzó a mear, ruidosamente y un par de pedos le salieron al mismo tiempo, lo que hicieron que yo misma me sonrojara violentamente.
-Hay perdón bebé, pero… que vergüenza, necesitaba pasar y no podía esperar más – dijo disculpándose, la imaginé colorada, viendo disimuladamente hacia la ducha, tratando de adivinar mi desnudez, la imaginé fantaseando con arrancar la cortina del baño y lanzándose sobre mi, degenerada, pervertida, cerda, lista a violar a la hija de su pareja sin piedad. Me excité tanto que mis piernas se habían aflojado al punto de casi no poder mantenerme en pie y mi ...
... coñito palpitaba con fuerza, chorreando. Traté de calmarme, que todo fuera más relajado, de disimular, de no poner en evidencia lo asquerosamente puta depravada que estaba hecha.
-No pasa nada Sofi… además, el otro día vos me viste en una situación muchísimo peor – dije mordiendo luego mi labio, frotándome con una de mis manos, pellizcando, frotando y castigando mi clítoris lentamente pero con fuerza, apretando mis piernas, mientras con la otra mano apoyada en los azulejos, me sostenía para no caer, recordando justamente la situación “muchísimo peor” del otro día.
El sonido de ella cagando me volvió a estremecer, abrí mis ojos y cuando espié ella miraba desafiante a la ducha, sus piernas demasiado abiertas, su camisa con varios botones abiertos, dejando ver un delicioso escote, mordía su labio y su cara era de perversión absoluta. Pero qué me pasaba? A mí no me gustaban las mujeres, me gustaban los chicos… los hombres, sus penes, sus vergas, sus pollas grandes y jugosas como la de papá, pero esta mujer me estaba volviendo loca. A un paso de tener un brutal orgasmo que sería incapaz de disimular, pude detenerme. Chupe mis dedos cubiertos de mis jugos, el sabor me hizo desear casi dolorosamente que fuera el sabor de Sofía, la mujer de papá, expuesta impúdicamente, cagadando como cerda a menos de un metro de donde yo estaba.
-De verdad crees que lo tuyo fue peor, bebé? Sabes qué se me ocurre? Que quizás si me ves ahora mismo cagando se te pasa la vergüenza del otro día, ...