Confieso haber vivido 5 / La Pequeña 2 - Relatos Eróticos

Confieso haber vivido 5 / La Pequeña 2

La pequeña había desaparecido a toda velocidad y yo había quedado de pie en medio del baño. El enorme y traicionero espejo que ocupaba media pared me devolvía una imagen que por un momento me parecio demoniaca.

La verdad es que no estaba tan mal para los 50 años que tengo vividos, tampoco soy una escultura griega, vaaaamos.

Jeans, zapatillas adidas limited edition, una sudadera negra y… y la pija dura que resaltaba en mis pantalones sin lugar a discimulo y lo peor es que me estaba super meando. (todos los hombres sabemos que tener la pija dura e intentar mear es una situación complicada y mas aun si uno quisiera hacerlo de paradado… no ¿? Jeje ) por lo que sin dudarlo, atendí a la primera necesidad urgente que se me presentaba, me desabroche el pantalón en un movimiento de una agilidad y coordinación que solo se puede tener estando sobrio, me baje jean y calzón, al mismo tiempo levantaba la tapa del inodoro sentándome mientras con la otra mano apuntaba la verga hacia abajo y atrás para calzarla en el váter sin tocar las paredes interiores con la cabeza del choto… (la verdad, no hace falta tener una coca cola de litro y medio entre las piernas para que la operación que acabo de describir sea compleja )

Una vez completada la operación inclino el cuerpo hacia adelante, cerrando los ojos a modo de concentración para poder mear. Empiezo a sentir que estoy a punto, un placer alucinante comienza a invadirme y libero los primeros chorros aun con la pija como piedra. La ...

... puerta del baño había quedado abierta luego de que “TA” saliera y yo no tuve el reflejo de cerrarla antes de, lo que dio lugar a lo que les contare.

Con los ojos cerrados y en plena concentración del placer de meo, siento unos pasos lijeros que se acercan al baño y abro los ojos para encontrarme con ella aun envuelta en la toalla, con la cara roja y las dos manos siendo presionadas por sus piernas. La recorro de pies a cabeza rápidamente y le digo:

-¡Estoy meando!

-Discúlpame, pero no aguanto más, antes me quede a medias y estoy que me meo encima. ¡Dale dale, levántate y déjame a mí por favor! Me dice casi suplicando.

-No puedo TA, espera un segundo. ¡Si tantas ganas tienes mea en la ducha!

-¡Ni loca! ¡No seas sucio! Muévete o meo encima tuyo. dijo desafiándome.

Fue automático. Solté la verga que golpeo contra la base del borde del inodoro (que no quiero volver a pensar ese suceso porque es un asco total) y la tome con las dos manos de la cintura atrayéndola hacia mi con rapidez, por lo que no le quedo otra que abrir las piernas dejando las mías entre las suyas, la senté sobre mí y le dije:

-Probemos…

Pegué el culo lo más atrás que pude y la verga le pego entre los cachetes del culo como un latigazo quedado aparcado en el mejor lugar del mundo.

-¡Vos estas completamente loco!

Apoyo sus manos en mis hombros, acomodo un poco la toalla que aun la cubría al igual que su pelvis como si necesitara confirmar que eso que sentía entre sus nalgas, que eso que ...