Me chupan el coño en la carretera
Fecha: 26/09/2025,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Sarah Dafne, Fuente: CuentoRelatos
... hambrienta. Comenzó a desabotonarse la bermuda y después se bajó el bóxer.
Dios, estaba buenísimo, gordita y sin un solo vello que le estorbara. La puntita rosa y carnosa se acercó a mi entrada y comenzó a jugar con mis labios.
—¿La quieres toda?
—Sí, toda.
Poco a poco fue metiéndose hasta que sus huevos tocaron mi trasero.
—Dios, qué grande la tienes.
Él me sonrió y sus mejillas se pusieron rojas. Me agarró de la cintura y se ayudó de mi cuerpo para envestirme. Me estaba dando con una fuerza que seguido me arrancaba fuertes gemidos y me hacía poner los ojitos en blanco. Mi conchita rica se estaba llevando una buena tunda, y después le siguieron mis pezones que estaban cada vez más rojos y duros.
Tomé la iniciativa de moverme, le dio un jugoso beso de lengua y mordida y me puse en cuatro sobre el sillón. Aquella postura le dio una perfecta vista de mi vagina, depilada y rosita, jugosa y carnosa lista para que me volviera a reventar.
Sentí su peso sobre mí, su pequeña barriga sobre mis glúteos antes de que, con ambas manos, me diera varios azotes.
Mi esposo comenzó a gruñir, poniéndome ...
... los cabellos de punta mientras me follaba y entraba todo en mi vagina de puta. Me moría de ganas por sentir su lechita escurrir sobre mis piernas, tomar un poco y llevármelo a la boca. Me encantaba comerme todo su semen y que un poco me lo untara en mi culito.
—Que rica está tu conchita, amor.
—Sigue, sigue, me gusta mucho. ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Me corro, me voy a correr!
—Mírame, quiero que me mires cuando te corras —Kev estiró su mano y me agarró de la mejilla, viéndome y disfrutando tanto como yo.
Y entonces un electrificante orgasmo nos inundó a los dos a la misma vez. Él se vació dentro de mí, sacó su verga y me untó el resto en mi anito que comenzó a chuparlo, pidiendo más y más. Los dos caímos exhaustos, totalmente rendidos.
Me agaché hasta donde él estaba y le limpié la verga con la boca, bebiéndome hasta la última gota que le salió.
Esperando ya un acto de cariño, me besó la frente y me sonrió.
—Iré a recoger tu ropa del suelo y nos iremos. Si seguimos así nunca llegaremos a la playa y no podré tener esa hermosa y sensual vista de tus tetas.
Qué hermoso fue nuestro viaje a Sorrento.