Un trío muy rico con mi hermanita y mi madre - Relatos Eróticos

Un trío muy rico con mi hermanita y mi madre

... madre fuera ella.

Por un instante se me fue la cabeza y pensé qué ocurriría si Dianita tuviese un arnés puesto.

Me estaría metiendo un dildo en el culo y yo a su vez metería la polla en el coño a mi madre. Una follada en cadena.

Dianita besó mi espalda y yo llevé las manos a sus glúteos, metí una entre sus piernas y comencé a hacerla una paja.

-Ummmmmm. Ummmm. – se mezclaban los gemidos de la una y de la otra –

Mi hermanita estaba en su salsa, mientras yo acariciaba su coño, ella me seguía embistiendo por detrás para que metiera mi polla más adentro, quería oír suplicar a mi madre.

-Folla bien duro a la puta. – susurró en mi oído – Ya sabes que a ella le gusta que le metan buenas pollas por el coño y por el culo.

Mi hermanita odiaba a mi madre, eso estaba claro.

Oímos que mi madre se corría y Dianita me empotró contra ella.

-Rompe el coño a la puta. – dijo sin retroceder ni un milímetro –

La zorra de Diana se parecía cada vez más a su jefe.

Se la metí tirando hacia arriba y mi madre resopló agarrándose fuerte, tenía mi polla clavada en su coño y la levantaba del suelo sin opción a soltarse.

-Para, hijo mío, paraaa. – pidió sin poder tomar aire –

Noté que mi hermana empapaba mis dedos y supe que la llegaba el orgasmo.

Solté a mi madre, me giré y metí los dedos en el coño de Dianita presionando por dentro su vagina buscando ese punto que tanto la gustaba.

-Ouggggg. Ya, yaaaa. – gimió al notar que presionaba el punto G con las yemas ...

... muy fuerte –

Mi madre cogió las tetas de Diana y la mordió los pezones.

-Ummmmmm. – gimió sin parar mi hermanita sujetando la cabeza de mi madre –

Tenía un orgasmo bestial y la temblaban las piernas.

Me abrazó para sujetarse y dijo bajito en mi oído.

-Ummm. Un día u otro tenemos que hacer un trío con ella.

La miré confundido y continuó con la frase.

-Uffff. Follar con mamá tiene que ser la hostia.

Desayunamos los tres y Dianita y yo nos fuimos a la oficina, cuando salía de casa, mi madre me preguntó tímidamente.

-¿Vas a follarme esta noche o vas a dormir con Diana?

Oír hablar a mi madre de una forma tan servil intentando complacerme, me daba pena y al mismo tiempo me alegraba. Había dejado de ser la madre hogareña, decente y ordenada y había pasado a ser un cuerpazo de la hostia que me follaría cuando me diera la gana.

¿Sería cierto lo que decía mi hermana que cuando se enchochaba con alguien era su esclava y hacía cuanto le pidiera?

Había pertenecido a Sergio, a Dragos y por último a Francisco. ¿Sería ahora la puta a mi servicio? ¿Estaría dispuesta a follar con quien yo dijera igual que hizo con ellos?

Me surgían mil preguntas en la cabeza y no tenía respuestas, quizás debería hacer alguna prueba con ella para ver si realmente era mi puta como decía.

Al final lo pensé unos segundos y di mi respuesta.

-Está noche dormiré con las dos y follaremos los tres juntos.

Me daba igual lo que pensara mi hermana, si yo quería follar con las ...