El valor del dinero
Fecha: 03/10/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Azotes Caseros, Fuente: TodoRelatos
Cuanto más miraba la aplicación de su banco en el móvil menos lo entendía. ¿Cómo había podido gastar tanto dinero en Amazon en apenas dos semanas? Ya habían hablado otras veces sobre el límite de gastos en compras por internet.
A Carolina le gustaba comprarse caprichos y cosas que no necesitaba y de las que se cansaba enseguida: fundas para el móvil, ropa que después no se ponía, etc., por no hablar de los cascos inalámbricos. Tenía un verdadero don para perderlos, y claro, según se perdían los tenía que «reponer». Así lo hizo otra vez.
Esto fue la gota que colmó el vaso y la paciencia de Daniel se terminó al ver que encima se había comprado un modelo especialmente caro que la había prohibido expresamente comprarse, precisamente por su tendencia a hacerlos desaparecer.
-Casi 120 euros en menos de dos semanas, no es de recibo. Esto no puede seguir así. Encima te has comprado los cascos que te dije que no te compraras.
-Ya, se me ha ido un poco la mano últimamente… lo siento. Se acabo Amazon para mí durante una temporada. No te enfades, por fa -dijo la joven poniendo morritos, entre divertida y arrepentida de verdad-.
-Eso por descontado, pero no solo eso, te has quedado sin cascos. Estás castigada y, de momento, los cascos quedan confiscados. Tráelos ahora mismo.
Carol palideció y empezó a tartamudear. Los había perdido. La cosa se acababa de poner seria. Era consciente de que estaba en un buen lio.
Daniel suspiró y se quedó en silencio mirándola. Se ...
... levantó del sofá y la dijo con extrema frialdad:
-Bájate las bragas, levántate el camisón y ponte de rodillas en el suelo. Ni se te ocurra moverte hasta que yo vuelva -acto seguido salió de la habitación-.
Unos cinco minutos después regresó, cuchara de madera en mano, y se sentó en el sofá.
-Levántate. Gastas lo que no está en los escritos, me desobedeces comprando algo que te prohibí que comprases, y encima vas, y en menos de una semana lo pierdes. Parece que no entiendes el valor del dinero. Pues te lo voy a explicar de la única forma que parece que entiendes las cosas. Túmbate.
-Pero es que…
-Ni una palabra. Túmbate ahora mismo.
Carol, con el rostro desencajado, se tumbó sobre una de las rodillas de Daniel, quedando su culo levantado y expuesto, mientras el tronco y los brazos descansaban sobre el sofá. Las bragas le colgaban sueltas alrededor de las pantorrillas y el camisón de flores se arrugaba por encima de su cintura.
Daniel la agarro por la cadera y comenzó a azotarla con la cuchara. Los golpes eran duros y secos. Seguidos, uno tras otro, con cadencia de paso militar. Al principio solo se escuchaba el sonido sordo de la cuchara impactando contra los cachetes de la chica pero, poco a poco, algunos gemidos agudos se iban incorporando a la acústica de la habitación.
La pobre Carol apretaba los ojos con fuerza, intentando aguantar lo mejor posible la lluvia de implacables azotes. Sabía que cuando Daniel se enfadaba de verdad, azotaba como si fuese una ...