Madre desolada - Relatos Eróticos

Madre desolada

... hicieron ir hasta mi propia casa. Pasé todo el resto de esa noche y parte del día de san Juan encerrada en mi habitación, sollozando e intentando que no llegaran mis lamentos a mis padres. Por nada del mundo quería que supieran mi desdicha. Pero hay secretos que no tardan en salir a la luz y el mío no tardó en descubrirse. Mi madre no tardó en notar esa molestias que tenía y saber esos síntomas no habituales en mi cuerpo, como eran unas nauseas matutinas, un cansancio excesivo y un aumento de ganas de orinar. Para colmo, tuve ausencia de la menstruación. Ni que decir el llevarme mi madre de inmediato al ginecólogo. Su diagnostico fue concluyente. ESTABA EMBARAZADA.

Han pasado veintidós años de aquella noche de san Juan y aquí estoy viviendo algo tan maravilloso como sorprendente e inimaginable..

Lejos de pensar en esa verbena que se celebraba esa noche, por el recuerdo tan amargo y desolador que tuve, me encontraba en la cocina preparándome una bebida refrescante, ya que hacía bastante calor, cuando entró mi hijo para decirme:

-Voy a salir para celebrar la verbena, ¿tú no tienes ningún plan para salir?

-No, no tengo ningún plan, prefiero quedarme en casa –le contesté.

-Siempre dices lo mismo en esta noche de san Juan, me gustaría que te despejases un poco y si no tienes con quien salir yo me presto a ser tu acompañante.

Con quien salir, si que tenía. Unos compañeros del hospital donde trabajaba como enfermera me habían invitado a salir con ellos, pero a mí, ...

... maldita la gracia que me hacía salir esa noche. No llegaba a olvidar lo que me sucedió en esa amarga noche.

-Anda, anda, tú sal y disfruta, que yo estaré satisfecha si te lo pasas bien –le contesté.

-A ver, yo también estaría satisfecho que tú te lo pasaras bien y me fastidia que te quedes sola aquí pudiendo disfrutar con esta verbena que es bastante animada.

-Mira, hijo, no lo sabes, pero no guardo un buen recuerdo de una de esas noches de san Juan.

-Sí que lo sé.

Su contestación me dejo confusa, ¿qué sabía?. Así que con algo de asombro le pregunté:

-¿Qué es lo que sabes?

-Todo.

-¿Qué es eso de todo?

-Todo lo relativo a ese mal recuerdo que tienes de esa noche de san Juan.

Mierda, si sabía todo lo relativo a lo sucedido esa noche, la delatora no podía ser otra que mi madre. Mira que le tenía dicho que mi hijo no estuviera al corriente de la verdad de como fue engendrado y mantuviera lo que siempre le he contado: su padre era mi novio con el que estaba a punto de casarme, pero murió antes en un accidente de tráfico. ¿Y ahora qué le digo? Viendo mi hijo la cara que se me había quedado, no tardó en acercarse a mí y propinarme un beso en la mejilla, para después decirme.

-Yo lo único que quiero es que olvides la amargura que te produjo lo sucedido esa noche y solo te quedes con lo que siempre me dices: he tenido una gran suerte de tener un hijo como tú.

Y en verdad que estaba orgullosa de tener ese hijo, a pesar de como se produjo mi embarazo, ...