ABRIENDO LAS ALITAS, FINAL
Fecha: 15/10/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Martian25, Fuente: SexoSinTabues30
... hasta el rincón alejado del parque donde antes nos habíamos ocultado detrás de los matorrales. No solo estaba sintiendo que lo podía perdonar, también sentí que podía confiar en él.
–Te amo, no sé por qué, ni cómo, pero te amo –dijo David en cuanto nos tiramos en el pasto.
No hubo necesidad de decirle que lo perdonaba, me acerqué y lo besé.Nuestras manos ansiosas empezaron a recorrer el cuerpo del otro, nos deseábamos. De los besos en la boca pasamos a mordisquearnos el cuello y los hombros.
–Quiero demostrarte cuánto te quiero –dijo tiernamente.
–¿Cómo?
Sin más David me desabrochó el cierre del pantalón y se apoderó de mi pene, sin más empezó a chupármelo con ganas. Todo fue tan sorpresivo que no intenté detenerlo. David parecía hambriento de mi pene. Cerré los ojos y lo dejé hacer.
–Quiero que me coches, que estrenes mi culito –dijo sin titubear.
Yo no estaba preparado para penetrarlo, ni convencido de querer hacerlo, además me el momento era un tanto incómodo por el lugar y por el dolor que aún tenía en el rostro. Mi diablillo insistía que aceptara, “para que pague lo que te hizo”.
–Yo disfruto tu amor y con eso me conformo –dije convencido.
–Quiero que seas tú y solo tú el que me estrene. Quiero llevarme ese recuerdo de ti –dijo al momento de darme un frasquito con crema.
Nuestro amor se reafirmaba al igual que nuestras almas. Ya no insistí en enearme, mi pene estaba más que listo para penetrarlo. David se recostó boca abajo en el pasto y ...
... se bajó los pantalones. No lo pensé más, me puse crema en el pito y lo apunté hacia sus nalgas.
–Relájate para que no te duela –le sugerí.
Con cuidado, lentamente, mi pene desapareció dentro de mi novio, que gemía quedito.
–Ay, cabrón, duele un chingo –dijo al sentir todo mi pene dentro.
Dejé de moverme sin salir de él. Me acerqué a su oído y le dije lo mucho que lo amaba y lo mucho que me gustaba estar dentro de él. Mi excitación era tanta que, a pesar del dolor en el rostro, llegué al orgasmo sin moverme, le aventé varios chorros de semen. Nos movimos para quedar recostados de lado para poder masturbarlo hasta que él también se descargó. Fue una cochada rápida, pero increíblemente excitante. Otra vez tocaba el cielo.
–¿Ves cuánto te quiero? Antes de conocerte estaba seguro de que nunca dejaría que me lo hicieran. Y muchos chavos querían conmigo –me confesó David.
–¿Y por qué lo hiciste conmigo?
–Porque te amo…con nadie más lo haré nunca, lo prometo, me dolió un chingo.
–Ahora si estoy seguro de que me amas –le dije justo antes de besarnos una vez más.
Le sugerí que fuéramos a los sanitarios a lavarnos con agua antes de regresar a la escuela y David aceptó. Nos arreglamos el uniforme y salimos del parque agarrados de la mano. Mientras caminábamos, pensaba en lo mucho que la vida me había dado, no solo me había dado la oportunidad de amar a David con un amor tan puro y fuerte como el que sentíamos los dos, también me había dado la oportunidad de ...