Atada para otro hombre
Fecha: 17/10/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Hecuba, Fuente: TodoRelatos
... estábamos convencidos de que todo iría como la seda.
No sé el tiempo que me quedé sobre la cama atada disfrutando del bondage. Era una sensación maravillosa estar así tan sexy. Las cuerdas hacen más bonitas a las mujeres, ¿sabéis? No paré de mirarme durante todo el rato en el espejo del armario empotrado con esa sonrisa mía que siempre se me pone en ocasiones como esa, una sonrisa traviesa pero contenida que sólo se deja vislumbrar en mi comisura derecha. Me gustaba mucho cómo me veía y me sentía y mi coño ya olía a anticipación y a humedad.
Me sobresalté cuando la cerradura magnética de la habitación emitió un pitido. El invitado no sabía qué se iba a encontrar nada más abrir la puerta de la habitación. Por nuestra experiencia el bondage es algo que todo el mundo conoce, pero no algo que no todo el mundo ha probado. También tenemos la creencia de que si lo pruebas al menos una vez bien hecho vas a querer tenerlo presente siempre en tu vida. ¿En qué grupo estaría él?
-Hola -saludé antes de que tuviéramos contacto visual, avisando de mi presencia.
Nuestros ojos se encontraron. Primero vi sorpresa y desconcierto en ellos. Por último deseo. Luego, ya por fin, recorrió todo el escenario y comenzó a asimilar la situación. Se puso nervioso, pero supo disimularlo. Era la primera vez en su vida que tenía delante un bondage bien hecho, estaba segura.
“Tu novio sabe esto” fue lo primero que dijo demostrando que sabía leer entre líneas. Era obvio, quién sino iba a ...
... haberme dejado así para él.
“Sí, y los dos estamos de acuerdo” añadí mordiéndome el labio inferior, volteándome un poco hacia él.
Se medio río y poniendo los brazos en jarras se me quedó mirando en silencio. Acto seguido comenzó a desvestirse con celeridad. La polla ya la tenía bien dura.
“Sin prisa, no corras. No voy a irme a ninguna parte”, resalté haciendo hincapié en lo evidente. “Tienes toda la noche para disfrutar de mí”.
Me giré sobre mí misma para que me pudiera ver por detrás y junté mis rodillas a mi barbilla ofreciéndole todo mi culo.
“¿Has traído lo que te di el otro día?”
“Sí, aquí mismo lo tengo”
Giré la cabeza sin llegar a verle pero de manera que él pudiera contemplar la sonrisa que tenía en la cara.
“Pero no sé si devolvértelo ahora o más tarde”, dijo con retintín.
Cambié de posición poniéndome fingidamente de morros.
“Ni se te ocurra pensar en lo que estás pensando”, dije mientras reptaba acercando mi cara al borde de la cama. “Hoy te ofrezco mi boca y mi coño y con eso te bastara”
Ya estaba sólo en calzoncillos y haciendo un esfuerzo estiré el cuello y atrapé entre mis dientes la punta de su polla a través de la tela.
“Si volvemos a quedar te prometo que me tendrás entera”, dije separándome un momento para mirarle a los ojos desde abajo. “Pero para eso habrá que ver qué tal te portas hoy, ¿de acuerdo?”
No esperé confirmación alguna por su parte y con los dientes comencé a tirar de sus boxers tratando infructuosamente de ...