1. Mi esposo me entregó a su mejor amigo


    Fecha: 22/10/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Jenny Hot, Fuente: CuentoRelatos

    ... diera celos, que su amigo me cogiera.
    
    Me dijo que era solo sexo, por lo que fue algo que se comenzó a repetir cada vez que se podía. Cuando llegaban de con sus otros amigos, antes de dormir, venían y me convertían en su puta y yo los complacía en sus deseos. Los encuentros fueron haciendo que nos acopláramos los tres en el sexo, pues alternaban los dos conmigo mientras me montaba sobre uno. Le chupaba la verga al otro hasta que lograron hacerme mi primera doble penetración. Una noche, mientras montaba a Efra, Armando comenzó a ponerme saliva en el culo hasta penetrarme.
    
    Gemía un poco de dolor, pero también de placer, pues Efra me penetraba con su verga en la vagina y, mientras Efra me besaba, Armando me bombeaba su verga en el culo. Sentía cómo chocaban sus vergas dentro de mí hasta que sentía cómo Armando se vaciaba dentro de mi culo, se quitaba y seguía moviéndome sobre Efra hasta venirme de nuevo en un orgasmo, sentía cómo llenaba mi ser con su semen.
    
    Cabe decir que yo ya estaba operada, por lo que no había problema de embarazarme. Armando ya me cogía por el culo desde que éramos novios, por lo que no le costó tanto. Sin embargo, sí me causaba un poco de dolor y de placer. Los siguientes encuentros fueron más ricos, pues me acostumbré a sentir sus vergas al mismo tiempo. Yo gemía y me movía como si estuviera poseída, hasta que terminaban. Armando siempre terminaba primero, por lo que observaba cómo Efra seguía cogiéndome y cambiando de posiciones hasta terminar ...
    ... dentro de mí. Luego, Armando volvía a cogerme sintiendo el semen de Efra. Me cogía y volvía a terminar dentro.
    
    Fue entonces cuando comencé a sacar la puta que tenía dentro y complacerlos, pues Efra me hacía suya de todas las maneras que quería. Yo sabía que a su mujer no se lo hacía como a mí y eso me llenaba de placer. Así pasó un tiempo en que, cada vez que podían, Efra llegaba a nuestra casa para cogerme entre los dos.
    
    Cuando Armando no estaba por cuestiones de trabajo, me decía que le pediría a Efra que estuviera pendiente, así que Efra no desperdiciaba la oportunidad de cogerme. Me tocaba por la ventanita del baño y yo salía al patio trasero con cuidado de no ser vista por su esposa. Yo siempre salía con una licra y una camiseta, sin sujetador.
    
    En la oscuridad, me ponía a mamarle la verga, algo que me encantaba. Después, me empinaba sobre el cofre del coche, bajaba mi licra y me la metía, haciéndome gemir sin poder gritar de placer. Eso lo calentaba mucho, pues al oído me decía que le encantaba cogerme. Me calentaba demasiado saber que era la puta de Efra y se lo mandaba a su mujer bien exprimido.
    
    Esto duró algo así como dos años, hasta que tuvimos que regresar a vivir a la ciudad de las montañas por el trabajo de Armando. Durante los seis años que estuvimos allá, Efra nos visitaba una o dos veces al año, por lo que las dos noches que se quedaba me cogían de todas las formas algo que me excitaba mucho, más aún si venía con muchas ganas, como solía hacer. Yo me ...