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En la cara de mi Suegra
Fecha: 23/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... le gustaban. Estaba muy caliente. Separaba sus nalgas para que pudiera ver cómo la penetraba. Su ano se abría y cerraba como invitando a entrar. Ella estaba muy caliente en eso le metí el pulgar en el ano, al hacerlo sentí como se paralizó y se vino conmigo dentro de ella. La tomé y le seguí dando, gritaba y tomaba mi mano como queriendo quitarla. Le di un manotazo y una nalgada. Se volvió a venir. Gritó y dejó caer su cabeza al colchón estaba acabada, y mi pene estaba más duro de verla así de sometida. Su ano estaba completamente dilatado. Salí de su vagina para entrar en su ano. Solo dio un grito sin voz, sin aliento, vi su rostro y estaba sonriente completamente feliz y llorando del placer. Le empecé a dar poco a poco, pujaba con cada movimiento mío. Poco a poco se hacía más fácil el moverme dentro de ella, en eso veo cómo se sujeta de las sábanas y da un grito fuerte. Se vino y de un brinco se quito con fuerza se tiro al colchón y se retorcía. Reía y gritaba. Decía que no podía ...
... más que había sido todo. Me acosté junto a ella y la bese, tomo mi verga y le dije que me tenía que hacer terminar. Nos besamos un poco mientras se recuperaba, en eso me monto, pero muy rápido se vino y se quedó en un espasmo gimiendo sobre mi. La tire sobre la cama y le empecé a dar duro otra vez. Me pedía parara que le dolía. Eso solo me ponía más caliente. Gritaba mi nombre y me decía que era mía. Que me amaba, gritaba TE AMO con mucha fuerza. Yo solo la quería callar. Así que saque mi pene y lo puse en su boca me empecé a coger su cara; el oír cómo se ahogaba y ver sus lágrimas me éxito mucho y me vine en ella. Saque mi pene y termine de venirme en sus pechos y cara. Me pidió la acompañara a dormir. Le dije: – no vuelvas a pedirme nada. A partir de ahora eres mi puta. Solo tienes derecho de comer verga y sonreír. Haciendo siempre lo que yo díga. Sonrió y acepto con su cabeza y se acostó a dormir. Le dije que quizá mañana dormíamos juntos. Aun quedan dos días que estaremos solos en casa.