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Mi lectora viciosa
Fecha: 24/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
Una noche, hablando por Telegram con una lectora empezamos a fantasear con la posibilidad de escribir sobre ella, sobre sus gustos, fantasías… etc. No voy a poner su nombre por si acaso deja un comentario, así que a partir de ahora la llamaremos… Jakita por ejemplo. Jakita, una chica de 35 años, alta, de piel morena, con un cabello negro y media melena unos pechos exuberantes con un lunar que hace que mi imaginación vuele y un cuerpo que imagino increíble, unas piernas gruesas y torneadas, me hacía pensar las fantasías más excitantes. Durante los primeros momentos no sabía que buscaba ella, si solo me hablaba porque le gustaban algunos de mis relatos o por la idea de que lo haría más excitante que escribiera sobre ella. Así que comencé a tirar los clásicos anzuelos para ver que tal respondía. Cual sería mi sorpresa cuando al momento me seguía el juego. La verdad es que me estaba poniendo un poquito caliente y ella me confesó que también. Cuando accedió, me di cuenta de que definitivamente tenía una oportunidad, así que empecé a escribir como si estuviéramos juntos. Como acerqué su boca a la mía de tal manera que casi rozaban nuestros labios, sin que ella hiciera intento alguno por tratar de guardar las distancias. Entonces comencé a soplar suavemente, despacio, hasta que el roce de nuestros labios la hizo entrar casi en trance y cerrar los ojos, lo cual me dio la señal de que podía hacer algo más. Inmediatamente comencé a sacar mi lengua y a lamerle ...
... los labios, enseguida ella trató de alejarse con un intento de muy poca resistencia, por lo que me fue fácil sujetarle la cabeza para seguir en lo mío. Más tarde ni siquiera tuve necesidad de sujetarla, ya que ella sola me había tomado por el cuello para acercarme más; sin embargo, yo sólo seguía lamiéndole los labios suavemente, hasta que noté que definitivamente deseaba que la besara. No pude evitar pensar, que Jakita solo era una lectora, pero ese mismo pensamiento fue lo que me puso muchísimo más excitado. Pensar en lo que era prohibido, ya que no suele fantasear así con lectoras, y todas las veces que yo había imaginado ese momento, me ponía a mil, así que la besé apasionadamente, sumergiendo mi lengua hasta lo más profundo de su garganta, bebiendo su saliva, y ella haciendo lo mismo conmigo. Abrí los ojos en ese momento, y por la cara que ella tenía se notaba que lo estaba disfrutando. Comencé a acariciar esas magníficas piernas que me ponía tan caliente; fui subiendo mi mano bajo ese pequeño vestido que traía puesto hasta casi tocar su sexo; en ese momento ella detuvo mi mano y yo pensé: “ni modo, hasta aquí me dejó llegar”, pero ella me dijo al oído, con una voz entrecortada por su agitada respiración: -“para, aquí no…”, por lo que inmediatamente nos dirigimos a un motel, donde al llegar nos bajamos del coche casi comiéndonos a besos, mordiéndonos los labios de una manera y con una pasión con la que nunca, por lo menos yo, lo había hecho. Entrando a la ...