1. Haciéndolo con mi propio primo


    Fecha: 26/10/2025, Categorías: Incesto Autor: REX, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Paulina y lo que voy a relataros ocurrió cuando tenía alrededor de 18 o 19 años. Tengo un primo de mi misma edad que siempre venía a la playa con mi familia y conmigo. Dormíamos en dormitorios contiguos y a veces nos quedábamos hablando hasta altas horas de la madrugada en la habitación de alguno de los dos, pero nunca había pasado nada entre nosotros. Él era mi mejor amigo y yo igual para él.
    
    Un día estábamos en mi casa, acabábamos de volver de la playa y estábamos rendidos de cansancio. Mi primo se dejó caer en su cama nada más llegar. Debía estar rendido después de pasarse nadando toda la tarde.
    
    -Estás hecho polvo, primo -le dije al pasar por la puerta de su cuarto- ¿Te apetece que te haga un masaje?
    
    -No sabes cuánto te lo agradecería -me contestó.
    
    Me senté en la cama y empecé a masajearle la espalda, los hombros… La natación había hecho de mi primo un chico musculoso y excitante. Su piel bronceada por el sol le confería aún más atractivo a su ya de por sí cuidado cuerpo.
    
    -Sigue por los abdominales -me pidió dándose la vuelta- Los tengo un poco agarrotados.
    
    Empecé a masajearle el estómago, duro como una tabla por las innumerables horas de gimnasio con que mi primo solía mantenerse en forma todo el año. Seguí bajando inconscientemente y me di cuenta de que tenía la polla dura bajo el bañador. Aquello me excitó muchísimo. Se me pasó por la mente la idea de tocársela, pero no podía, era mi primo. A pesar de eso, no pude evitar que aquella ...
    ... experiencia poseyera mi mente durante el resto del verano. Desde aquel día, cada noche tuve fantasías sexuales con mi primo. Decidí que antes de que acabase el verano las haría realidad.
    
    El final del verano se acercaba y una noche decidí que sería la definitiva. No tenía ni idea de lo que iba a hacer, pero algo tenía que hacer. Nos fuimos a la cama como todas las noches, pasadas las 12. Me desperté a eso de las 4 de la madrugada y tras mucho pensar, me levanté y entré cuidadosamente en la habitación de mi primo. Caminé en silencio hacia su cama y me acosté en ella con cuidado para que no se diese cuenta. Decidí que era el momento de la verdad.
    
    Bajé mis manos hasta sus calzoncillos, pues nunca había utilizado pijama para dormir, y metí la mano. Enseguida encontré su polla que, curiosamente, estaba tiesa y dura como una piedra. Posiblemente, mi primo estaba teniendo un sueño de lo más excitante. La rodeé con mis dedos y él se despertó sobresaltado. Al verme allí, a su lado, con su polla en mi mano, sonrió y acercó sus labios a los míos. Mientras nos besábamos apasionadamente, uniendo nuestras lenguas en un lazo sin fin, empecé a masturbarle.
    
    -¿Te gusta? -susurré.
    
    -Me encanta -respondió.
    
    -Me gustaría que tú también me lo hicieses -le pedí.
    
    Sin mediar palabra, dirigió su mano a mi entrepierna, entrando por debajo de mis braguitas. Empezó a acariciarme el suave vello de mi coño y luego introdujo un dedo en mi húmedo agujero. Aquello me puso a cien. Quería más y decidí ...
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