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El dueño Parte 1
Fecha: 28/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Lanfasone1, Fuente: TodoRelatos
... empezabas a gustar….por eso no he querido estar con él luego de esa noche_ dijo otra vez en forma muy inocente, miré el gel lubricante que estaba sobre la mesilla de noche. _ ¿Henri te enseño a usar eso?_ dije _Si…….esa primera vez….esa tarde…..también me lo hizo por detrás….._dijo ella, bajando un poco los ojos _Que cabrón este Henrí_ dije _Bueno, ya es pasado….no hablemos de él_ dijo ella y nos besamos y luego volvimos a follar. Pero esa noche, volví con la idea, me desperté súbitamente y comencé a atar cabos. Creo que había visto esa entrevista de Henrí con ella, recordé como se miraban y como sonreían. Imaginé esa primera vez de ella con 19 años, una hermosa princesa rusa y virgen y ese maldito cerdo francés, desvirgándola por todos sus agujeros en la misma tarde. Irina dormía apaciblemente a mi lado, pero mi imaginación no me daba tregua, la imaginaba a ella casi una adolescente, tímida, devorándole la polla y luego él corriéndose en su boca y dándole por el culo, estrenando esa cavidad en la misma tarde en que la había desvirgado, a espaldas del autoritario y estricto padre, ruso, soviético, un aventurero francés conquistando una princesa rusa. Finalmente me corrí con esas imágenes, luego me sentía culpable, confundido, porque yo también era muy joven y estaba enamorado de Irina. Nuestra relación continuó, ella parecía muy a gusto conmigo y mi tío me dejaba viajar con ella y ocuparme de sus asuntos casi con exclusividad. Pero cada vez que ...
... me cruzaba con Henrí, durante un torneo, cuando le veía en un hotel o en una pista de tenis no podía dejar de pensar en lo que ella me había contado. Todo iba tan bien entre ella y yo que le propuse casamiento y dos años después nos casábamos, su carrera tenística seguía el mismo rumbo errático de siempre, ganaba, perdía, no llegaba muy lejos en los grandes torneos, a veces haciendo grandes partidos frente a las mejores del mundo pero en el momento decisivo su mente volaba a cualquier sitio y acababa perdiendo el partido. Lo que funcionaba muy bien eran los contratos publicitarios, hasta se atrevió a salir en bikini en un número de Sport Illustrated, era espectacular, ahora lucía sus tetones de un modo desinhibido, incluso un par de fotos en la playa cubriéndose los senos con las manos, sus piernas largas, poderosas, tonificadas por el deporte, su culo soberbio, duro como una tabla, la pequeña cintura, el rostro perfecto y aniñado, respirando libre sin la presencia opresiva de su padre. Y yo era el marido de semejante belleza, no me lo podía creer. Cierto es que debía lidiar con algo y que todo dios quería follársela y estaba dispuesto a ello. Contaba a mi favor que la gran mayoría de las personas se sentían intimidados en su presencia, pero no faltaban los audaces, los ligones, los guaperas o los tíos con mucho dinero que lo intentaban. Irina no tenía problemas en rechazarles, estaba enamorada de mí y en cierto modo yo era su sostén afectivo, organizativo, ...