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Deseo oculto 4
Fecha: 31/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: EROTIKA, Fuente: TodoRelatos
... manos se aferraban a la mesa de madera, mis nudillos blanquecinos por la tensión, mientras mis caderas se alzaban para encontrar cada uno de sus movimientos. La gabardina, arrugada sobre mi cintura, apenas ofrecía una barrera contra la frialdad del aire en mi piel expuesta, una contradicción que solo avivaba el fuego dentro de mí. Cada embestida profunda era un recordatorio de su poder, de su posesión, y en medio de la humillación que se avecinaba fuera de estas paredes, aquí, en la intimidad de su despacho, me sentía extrañamente segura, completamente suya. Mis músculos internos se contraían a su alrededor, absorbiendo cada centímetro de su polla, y el placer se acumulaba, una ola imparable que amenazaba con arrastrarme. Él lo sintió. Su ritmo se intensificó aún más, una furia desenfrenada que me llevó al límite. Mis piernas temblaron incontrolablemente, y un grito ahogado escapó de mi garganta mientras el orgasmo me sacudía con una violencia exquisita. Mi cuerpo se arqueó, la espalda tensa, y sentí un torrente de calor expandirse desde mi centro, empapando la superficie de la mesa. Justo cuando mis convulsiones empezaban a calmarse, Fernando soltó un gemido gutural y profundo, su cuerpo se tensó contra el mío, y se corrió dentro de mí, caliente y abundante. Permanecimos un momento, unidos, jadeando, el único sonido en el despacho el de nuestras respiraciones agitadas. El silencio se posó, denso y cargado con el eco de nuestra pasión. Lentamente, él se retiró, el ...
... aire frío golpeando mi piel donde antes había estado su calor. No hubo palabras, solo una mirada intensa que lo decía todo: la posesión, el placer, y la inminente tempestad que enfrentaríamos juntos, o por separado. Me ayudó a bajar de la mesa y, sin más, me ajusté la gabardina, sintiendo el peso de la realidad volver sobre mis hombros — Puedes irte a casa, Luz — dijo, su voz ya recuperando el tono formal de director. — Nos vemos mañana. — Hasta mañana, Señor. Salí del despacho sintiendo el peso de su mirada en mi espalda, pero también una extraña ligereza. La adrenalina aún corría por mis venas, mezclada con el agotamiento. El instituto estaba sumido en un silencio opresivo, y la caminata hacia la salida se sintió como un sueño. Al llegar a mi apartamento, me desplomé en el sofá, intentando procesar la avalancha de emociones y los eventos de las últimas horas. Estaba agotada, y sólo quería meterme en la cama y descansar. Me tomé un pequeño sándwich para cenar y me fui directamente a la cama. A la mañana siguiente, me levanté sintiéndome extrañamente renovada, como si la noche anterior hubiera purificado algo en mi interior. Una ducha caliente despejó los últimos vestigios de sueño, y me vestí con la certeza de que este día no sería como los demás. Mi mente bullía con la anticipación de lo que Pablo y Fernando me tendrían reservado. Era cierto que, desde que Pablo había asumido su rol de "Amo" en nuestros encuentros, la figura de Fernando, mi otro Amo y director, ...