1. Preliminares - El tercero


    Fecha: 01/11/2025, Categorías: Gays Autor: dont, Fuente: TodoRelatos

    ... El tartajas le chupaba enterito, por todas partes, como si fuera un caramelo.
    
    - ¡Cómete ese rabo Barto!, que se la voy a endiñar, dijo el “fotos”.
    
    Y en ese momento se levantó, se la arrimó con mucha decisión, le punteó un par de veces y a la tercera se la empujó con brío.
    
    - ¡Ahgg!, que bien lo hacéis, cabrones, dijo Chema…
    
    … pero, no tan fuerte, ¡joder!…
    
    … si, así… ¡ufff!, como me gusta. Así, ¡coño!, así...
    
    El “fotos” se había hecho cargo de ese mete saca, con mucho entusiasmo, mientras que Bartolomé iba a atragantarse comiéndole la polla; Salva, solo le mordisqueaba las tetillas.
    
    - ¡Que te ahogas, Bartolo!...
    
    De repente, el tartajas se tiró al suelo mirando a Chema, que no tardó mucho en sentarse encima de él, para metérsela por el culo. Intentaba atrapar a Salva cuando se le acercaba, que enamorado de ese culo, y a pesar de verlo fornicando con Bartolo se acercó a besarlo tranquilamente, disfrutó de su boca durante unos minutos, se la colocó a la entrada, como el que no quiere la cosa y empezó a empujar lentamente hasta dejársela bien adentro. Los movimientos que realizaba eran los de alguien con mucha experiencia; aunque, Chema se quejaba.
    
    Ensartado por estos dos machos, simultáneamente, el semblante de Chema se descompuso mostrando disgusto. Pero, poco a poco sus gestos, mostraron claros signos de intenso placer.
    
    Tengo que reconocer, que el “fotos” sabía conseguir buenas imágenes. Lo hizo muy bien; y consiguió ponerme muy burro.
    
    Me hice un ...
    ... pajote antes de echarme, porque me lo pedía el cuerpo, aunque estaba muy cansado.
    
    Sin embargo, mi ánimo ya no estaba acelerado, ni apesadumbrado. Ahora me sentía tranquilo y solo quería dormir y soñar con Chema.
    
    Cuando llamé a Chencho, al día siguiente…
    
    - ¡Que se lo están follando, tío!. ¿Que hacemos?
    
    - Lo siento José, pero me han llamado del taller y tengo que recoger el coche.
    
    El coche ya estaba listo. Lo recogimos y regresamos a su casa
    
    Aparcando, vimos a Salva, en la puerta, con el enano, que se le escapó para ir corriendo hasta saltar a los brazos de Chema, que tuvo que soltar el flotador que llevaba en las manos, para atraparlo y estrujarlo entre sus brazos.
    
    - ¡Venga chicos!, que nos vamos a la pisci, dijo Esther, que salía con un capazo de playa colgando del hombro y un pequeño patinete.
    
    Decidimos hacernos los encontradizos y unirnos a ellos…
    
    Mi corazón galopaba como en sus mejores tiempos. Mi Chema estaba como siempre, con sus vaqueros viejos y desgastados marcando un culazo impresionante. A mi, sin embargo, me dio por estar pendiente de Salva, que tras salir del vestuario con unos pantaloncitos blancos que le sentaban de puta madre me puso en orbita; estaba que no salía de mi asombro.
    
    - ¡Vaya con Salva!, le dije a Chencho. No puedo creerlo. Jamás se me hubiera ocurrido pensar que tu hermano pudiera estar así.
    
    - Así, ¿como?
    
    - Así de bueno, ¡coño!
    
    - ¡Si!, si, ya sé. No eres el único. Es que, Salva es de esas personas que no saben ...