1. Mi compadre


    Fecha: 03/11/2025, Categorías: Transexuales Autor: LiaTV, Fuente: CuentoRelatos

    ... así fue.
    
    Una vez que me asegure que estaba lo más dura posible y lubricada por mi saliva, procedí a pararme, darle la espalda y sentarme lentamente en su verga. Abrí mis nalgas y sentí la punta en la entrada de mi panocha de Travesti. Cuando sentí que empezaba a entrar, movía las caderas para ayudar a dilatarme. No tardé mucho en comérmela toda con el culo. Estaba sentada en su regazo, empalada por la cola por tan semejante animal. Empecé muy lento moviendo las nalgas y poco a poco fui acelerando, dándome de sentones, gimiendo como una puta, actuando como una. Me pidió que me pusiera en 4 lo cual obedecí al momento ya que soy sumisa y me encanta satisfacer a mi hombre.
    
    Ahí en el sillón me puse como la perra que me sentía en ese momento. Recosté mi cabeza en el sillón, dejando mis manos libres para que pudiera abrirme las nalgas lo más posible. Sentí como iba entrando hasta el fondo. Me embestía como todo un hombre cogiéndose a su mujer. Yo gemía y el solo me decía lo puta que era. Mientras más me decía lo piruja que era, más me calentaba y más le pedía me nalgueara y me siguiera diciendo que era una puta.
    
    Me pidió que me acostara boca arriba lo cual hice. Me puse un cojín en la espalda, levantando la cadera y abriendo mis piernas. Cómo amo ver mis piernas abiertas en lencería y mi calzón abajo. Me levanto las piernas y me la metió. Con mis manos le agarraba las nalgas, jalándolo hacia mi. Mientras me la metía estando entre mis piernas, escuchaba como gemía, sabía que ...
    ... lo estaba gozando tanto como yo. Me tomó de los tobillos, por encima del lazo de mis tacones y me siguió penetrándome con ese pene delicioso. Yo solo pensaba en lo que mi comadre se perdía. ¡Es un buen hombre, chambeador y muy bueno en la cama! ¡No solo era el tamaño, se movía delicioso!
    
    Se volvió a poner los tacones de arete y aprovecha para recargarme en sus hombros y así acostada moverme, primero de forma circular y luego de arriba para abajo.
    
    Me volvió a abrir las piernas acostándose en mi, besándome mientras me hacía el amor. Me excitaba como me lo hacía, como me trabaran como toda una mujer, pero lo que más me prendía, era saber que me iba a dejar inundada de su leche. Algo que como comenté, solo había pasado una vez y hace mucho tiempo.
    
    Le pedí que me cogiera lo más profundo que pudiera, le pedí que me llenara de leche.
    
    -¿Quieres lechita en tu panocha amor?
    
    -Ay papi, quiero que me hagas un hijo.
    
    Cuando dije eso, vi cómo se prendió aún más. Lo abracé con brazos y piernas
    
    -Si papito, cogeme tan profundo que dejes todo tu semen en mi matriz y me preñes.
    
    Acelero sus movimientos, yo le gritaba que me preñara, que me embarazara. El grito que dio cuando se vino fue bárbaro, la explosión que sentí adentro de mí fue igual algo intenso. Sentía las contracciones de su verga mientras se venía y bárbaro fue la cantidad de semen que me dejo adentro.
    
    -Ya tenía rato que no te ordeñabas, ¿verdad?
    
    -En efecto, ya tenía rato pero creo que saqué hasta el alma ...