Viejas costumbres - Relatos Eróticos

Viejas costumbres

... pene y lentamente se lo metio por el coño mientras la fui penetrando lentamente, ella jadeo sentía como sus dedos me rozaban el pene mientras le tocaba nuevamente las tetas, poco después se la sacó del coño y se la llevó a la boca para hacerme una mamada, que bien la chupaba empecé a gemir involuntariamente al principio y luego con ganas debido al placer que mi madre me estaba causando, ella por su parte me decía que estaba deliciosa, me quede mirandola como me la chupaba, como se la metía hasta el fondo de su boca y como me la salivaba sin parar una y otra vez. Posteriormente le dije que me chupara el ano me ponia como un animal que me hiciera eso y a ella le encantaba. A continuación le pedí que acercara las tetas porque quería que me hiciera una cubana y menuda cubana me hizo, ese placer de sentir sus tetas rozandome la polla era algo indescriptible, mientras lo hacía ella me preguntaba ¿te gusta cariño? Yo le susurraba que si y que me ponía muy cachondo hacerlo con ella, ella me sonreía picaramente. Después pasados unos minutos, Pilar, mi madre se tumbó en la cama y sin pensarlo la penetré por el coño, no podia creerlo nuevamente lo estaba haciendo con ella y por mi cabeza pensaba que podia ser el comienzo de una relación sexual muy disfrutona para ambos.

Empecé a penetrarla con fuerza mientras ella jadeaba pidiéndome que no parase, me agarré a sus hermosas tetas las cuales me ponian a tope solo con verlas, mientras tanto ella se frotaba el coño dándose mas placer mientras la follaba. Le pedí si quería cambiar de postura ella me asintió diciéndome que a cuatro, una de sus posturas sexuales favoritas, volvi a metersela estaba a punto de correrme pero la segui follando con sutileza alternando con fuertes embestidas, me encantaba como movía el culo mientras la follaba era algo maravilloso, cambiamos de postura ella se puso encima pero al final eso duro lo que duro y con la presión que tenia en el pene terminé corriendome en su boca.