1. Yolanda y Roberto 1


    Fecha: 09/11/2025, Categorías: Transexuales Autor: sumisso1978, Fuente: TodoRelatos

    La Transformación---Roberto, bajo el control de la doctora Yolanda, explora su ano con un dedo y un objeto misterioso. ¿Podrá resistir la tentación y el placer, o se entregará a la dominación de la doctora? Descubre cómo la jaula de castidad lo transforma.---
    
    Roberto caminaba por los pasillos de la clínica médica con una sensación de inquietud que no lograba sacudirse. Desde su última consulta con la doctora Yolanda, algo en su cuerpo parecía haber cambiado, aunque no podía poner el dedo en qué exactamente. Se sentía diferente, como si su piel estuviera más sensible, sus emociones más intensas. Era una sensación extraña para un hombre de 45 años, acostumbrado a la rutina y al control de su vida.
    
    La clínica, con sus paredes blancas y el olor a desinfectante, siempre le había transmitido una sensación de seguridad. Pero ese día, mientras se dirigía a la consulta de Yolanda, una leve aprensión se apoderó de él. No era que desconfjara de la doctora; al contrario, su profesionalismo y su manera de hablar, tan directa y segura, le inspiraban confianza. Sin embargo, algo en su instinto le decía que esta visita sería diferente.
    
    Yolanda lo recibió con su habitual sonrisa cálida, sus ojos azules brillando con una mezcla de compasión y algo que Roberto no lograba identificar. Era una mujer impresionante, con un cuerpazo que desafiaba su edad y una presencia que llenaba la habitación. Su cabello rubio, perfectamente peinado, enmarcaba un rostro que irradiaba una belleza madura ...
    ... y seductora.
    
    —Roberto, pasa, siéntate —dijo con voz suave, señalando la silla frente a su escritorio.
    
    Él obedeció, sintiendo cómo su corazón latía con más fuerza de lo normal. Yolanda se sentó al otro lado del escritorio, cruzando sus largas piernas con una elegancia natural.
    
    —¿Cómo te has sentido desde nuestra última consulta? —preguntó, su voz cargada de una curiosidad que a Roberto le pareció excesiva.
    
    —Bien, supongo —respondió él, encogiéndose de hombros—. Un poco cansado, pero nada fuera de lo normal.
    
    Yolanda asintió, pero su mirada se intensificó, como si estuviera escudriñando su alma.
    
    —He notado algunos cambios en tus análisis de sangre —dijo finalmente, su tono ahora más serio—. Nada alarmante, pero creo que deberíamos ajustar tu tratamiento.
    
    Roberto frunció el ceño, intrigado.
    
    —¿Qué tipo de cambios? —preguntó, su voz reflejando una preocupación que no podía disimular.
    
    Yolanda sonrió, pero esta vez su sonrisa tenía un dejo de misterio.
    
    —Nada de qué preocuparse —dijo, levantándose y caminando hacia un armario—. Solo algunos ajustes hormonales. Es algo muy común en hombres de tu edad.
    
    Antes de que Roberto pudiera responder, Yolanda ya había sacado una pequeña caja y se acercaba a él con una jeringa en la mano.
    
    —Esto te ayudará a equilibrar tus niveles —explicó, mientras le indicaba que se remangara la camisa.
    
    Roberto obedeció, sintiendo una punzada de dolor cuando la aguja penetró su piel. La doctora trabajó con eficiencia, y en ...
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