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Dos negros me usaron como su depósito de semen
Fecha: 10/11/2025, Categorías: MicroRelatos, Autor: Andrea Caliente, Fuente: TodoRelatos
Anoche salí de rumba, llevaba ya varias semanas que no salía a tomar, y pues había que aprovechar el sábado. Me acuerdo de que llevaba horas bailando, bebiendo aguardiente que da miedo, ya que es mi trago favorito, estaba sonando un perreo de los antiguos, así que simplemente me deje llevar del momento. Me sentía mareada por el licor, las luces, y el humo de la discoteca, simplemente me perdía en el trago y la música, mi cuerpo empezaba a reaccionar por el trago. Me sentía bien caliente, arrecha y con ganas de que pasara lo que tuviera que pasar, cuando estoy borracha soy cola fácil. Me acuerdo de que estaba bailando, cuando sentí una mano fuerte que me agarraba del brazo y me sacaba bruscamente de la pista. Antes de que pudiera reaccionar, me arrastraron al baño, eran dos hombres negros, los cuales me empujaron tirándome al piso, cerrando la puerta duro casi azotándola. Me levanté, corrí hacia la salida e Intenté gritar, pero uno de ellos me tapó la boca, con su mano, con olor a cigarrillo, botella de cerveza y orina. —Cállate, zorra —me grito el otro hombre—. Estabas bailando como una zorra en la pista, buscando verga, así que vamos a divertirnos contigo. El corazón me empezó a latir con fuerza, mientras que el que me tapaba la boca, me subía la falda por encima de las caderas, el otro hombre me abría la blusa, dejando al descubierto mis tetas. Me agarraba con sus manos grandes y fuertes, apretando cada centímetro de mi cuerpo. Luché y pateé, pero eran ...
... demasiado fuertes y me dominaban con facilidad. El que tapaba mi boca me empujó hasta ponerme de rodillas en el sucio suelo del baño. —Abre bien, puta— me ordenó, forzando con el cinturón. —Hora de calentar esa boquita. Solo tenía dos opciones, obedecer u obedecer, así que simplemente abrí mi boca mientras él liberaba su gruesa y dura verga. Me agarró del pelo y me la metió con fuerza en la garganta. Sentía náuseas y me atragantaba cuando empezó a cogerme la cara sin piedad, con sus pesados testículos me golpeaba la barbilla con cada brutal embestida. —Mmm sí, así, trágatela toda maldita zorra—me grito, usando mi boca como un juguete sexual barato. El otro se movió detrás de mí, pasándome una mano por el culo. Sentí un dedo tanteando mi ano, luego hundiéndose, retorciéndose y abriéndome. —Uffff, qué culo tan apretado tiene esta putita—gimió el hombre detrás de mí, metiendo y sacando el dedo de mi agujero. —Voy a sentirme tan bien abriéndote perrita. Retiró el dedo y sentí la punta de su verga presionándome con insistencia, me penetraba el culo muy duro y rápido. Gemí con la verga llenando mi boca mientras él avanzaba lentamente, hundiéndose centímetro a centímetro en mi estrecho culito. No me dolía porque estoy acostumbrada al sexo anal, ardía si, por la forma en que lo hacía, y mientras me culeaba el culo, es extraño, pero se sentía... ¿bien? Aunque estaba mal, había un placer oscuro en ser utilizada así. Ambos empezaron a moverse más rápido, uno embistiendo ...