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No se debe apostar si no es sobre seguro
Fecha: 16/11/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: PobreCain, Fuente: CuentoRelatos
Estaba tomando una copa esperando una mesa y por el espejo la vi y cruzamos la mirada un instante se trataba de una mujer preciosa a la que el metre acompañó hasta una mesa cercana y un tipo que había un poco más allá comentó. -Esta buena la jodía. -Sí, es una dama muy bella. -¿Te gustaría llevártela a la cama? -Perdone pero no creo que debamos hablar así de una mujer a la que no conocemos o al menos es mi forma de pensar. -Veo que estás solo y no parece que esperes a nadie y me da la sensación que estabas pensando en algo cuando te he interrumpido y por cierto me llamó Miguel. -Yo soy Erik y tienes razón no espero a nadie y pensaba en cómo encontraré los sitios que no he visto en los últimos tiempos, he estado fuera seis años. -Bueno pues bienvenido y volviendo a esa guapa ¿te gusta? se sinceró. -Sí, me gusta pero me parece que espera a alguien para comer porque no han retirado el segundo cubierto. -¿Sueles apostar? yo lo hago continuamente pero no soy jugador es más bien el juego por el juego. -Alguna vez pero no me considero ni jugador ni afortunado en el juego pero puedes decirme en que has pensado. -Come con mi esposa pasea con ella que te muestre la ciudad ya que has estado fuera después cenáis y llévala a bailar y si no regresa a nuestra habitación hasta mañana has ganado tú y naturalmente el premio es haber pasado la noche con ella. -¿Y si me pide después de bailar que la lleve de vuelta a su habitación? -Pues pagarás las copas ...
... mañana y mientras, me contaras como ha resultado la velada. -No sé qué decir, no tiene la culpa de que juguemos con ella. -Tranquilo porque sé que eres un caballero y no la harás sentir violenta, vamos y os presentaré. Nos acercamos a la mesa y Miguel besó a la mujer en la frente y dijo sonriendo. -Ana, este es Erik y te acompañará esta tarde noche porque estoy un poco cansado y no me apetece rondar por aquí, pediré que me suban algo para comer pasaré la tarde tranquilo y por la noche cenaré algo y me acostaré, pasad una agradable velada. Me estrechó la mano y le vimos marchar. Me disculpé con la intención de dejarla tranquila. -Le pido disculpas, no debí aceptar el venir aquí a imponerle mi compañía, le deseo que pase una buena tarde. -No te vayas por favor siéntate y al menos come conmigo, me molesta estar sola en un restaurante donde algunos no hacen otra cosa que juzgar a los demás sin tener ni idea. Me senté frente a ella y su mirada era cautivadora y sus palabras sonaban sinceras. -¿Qué te apetece comer? Aquí tienen una carta muy variada. -Pida por los dos por favor, hace años que vivo fuera y prefiero que me sorprenda. -Lo primero es que me tutees de otro modo pareceremos un par de desconocidos. Reí la ocurrencia y respondí. -Tienes razón. Miro la carta unos instantes y levanto la mirada por encima de mi cabeza y apareció una chica que tomó nota y desapareció. -Cuéntame algo de ti aunque sé que eres un caballero de otro ...