La excursion naval - Relatos Eróticos

La excursion naval

... zapatos fueron recogidos por uno de los guardianes, que en silencio disfrutaban de ver aquel espectáculo. Fátima en el otro extremo, miraba al suelo con sus manos agarradas una a la otra.

-Papá, tío, ¿Qué os parecen?, decía Omar mientras los 4 contemplaban a las dos mujeres vestidas solo con su ropa interior sobre aquellas tablas.

-Indudablemente mucho mejores que las chicas del pasado año, hijos.

-O será que ya nos estamos haciendo muy mayores, añadió el otro jeque.

-Venga ya tío Hassan, vosotros aún tenéis cuerda para rato. Os quedan aún muchos años de disfrutar de fiestas como estas.

Las chicas, ajenas a la conversación, permanecían allí de pie en ropa interior, avergonzadas y sin decir palabra. Ni siquiera se miraban entre ellas y preferían no cruzar mirada con nadie.

A todo esto, los anfitriones hicieron una indicación a los guardianes que enseguida se dispusieron a actuar, como si aquello lo tuvieran bien aprendido ya. Subieron al amplio escenario, que mediría casi 3 metros de fondo por 5 de largo, y situándose detrás de las chicas y subidos a una pequeña escalera comenzaron a sacar de las barras del techo unas cadenas terminadas en unas argollas que dejaron colgando y balanceándose mientras ellos retiraban la escalera y se hacían a un lado.

La curiosidad o el miedo, a la vez que el ruido metálico que se produjo hizo que ambas chicas girasen su cabeza atrás y vieron aterradas aquello que colgaba casi por encima de sus cabezas.

Sin dejar ...

... transcurrir más que unos segundos, los dos hombres se abalanzaron sobre Gema, que con una leve resistencia se lo puso algo difícil, pero nada complicado para la fuerza de aquellos 2 gorilas. En menos de un minuto, Gema estaba con sus 2 brazos levantados y sus muñecas apresadas en aquellas argollas. Después fue el turno de Patricia, que enseguida quedó en la misma posición.

La imagen era estremecedora. Las 2 chicas con sus pies descalzos sobre el suelo, vestidas solo con su ropa interior y sus brazos elevados y atados al techo, sin apenas posibilidad de movimientos. Aquello había superado todas las malas previsiones que las dos chicas habían imaginado y estaban muy asustadas.

-Papá, tío… Nosotros ya hemos disfrutado de ver estos cuerpos desnudos esta mañana, creo que ahora lo justo es que los veáis también vosotros.

Con un leve gesto hacia Fátima, la mujer subió al escenario y situándose detrás de Gema la desabrochó el sujetador, a la par que en el oído le susurraba en secreto “perdón”. Luego se colocó delante de ella y sin dudar la levantó el sostén por encima de sus pechos, dejando sus tetas a la vista de todos.

Luego hizo lo mismo con Patri, la desabrochó el sujetador, elevó la prenda por encima de sus pechos y los dejó al descubierto sus tetas.

Los 4 contemplaban aquellos pechos, uniéndose también los dos guardianes cuya cara denotaba satisfacción, cosa de la que Omar se percató.

-Señores por favor, ya no les necesitamos, abandonen la sala.

Decepcionados pero ...