La excursion naval - Relatos Eróticos

La excursion naval

... Patricia en la misma posición entre ellos dos, mirando los tres hacia la cama de al lado, de forma que la chica morena iba también a contemplar todo el juego.

Con el permiso recibido por parte de su tío, Omar y su padre se dispusieron a continuar.

De las 4 esquinas de la cama surgieron unas cintas acabadas en argollas. Gema fue colocada bocarriba en la cama y empezando por sus muñecas, le fueron colocadas y ajustadas en ellas las argollas, sujetándola sus brazos. Luego de igual forma fueron amarrados sus tobillos, dejándola sujeta sobre la cama en forma de cruz.

La rubia empezó a intentar zafarse de aquellas ataduras sin éxito alguno y comenzó a suplicar que la soltasen, consciente de lo que venía. La chica lucía espectacular, con sus bonitos pechos tersos y tensados por la posición de sus brazos y sus piernas ampliamente abiertas que dejaban ver su vagina, cubierta solo por una línea de vello cuidadamente recortada.

La situación no se demoró mucho. Fue Omar padre quien con el permiso de su hijo se abalanzó sobre la chica tumbándose sobre ella y como ya se encontraba muy caliente, sin más preámbulos colocó la punta del pene en la entrada de su linda cueva. Apretó, presionó y con una decidida embestida la penetró, a la vez que sonaba el grito de desesperación de Gema. Con una fuerte segunda acometida consiguió ya penetrarla a fondo y después de unos 20 o 30 empujones, Gema pudo sentir que el líquido caliente había sido depositado en su interior.

Patricia a 2 ...

... metros de aquella escena, lloraba desesperada por lo que estaba viendo, mientras sus compañeros aprovechaban para manosearla sus pechos y muslos mientras miraban el espectáculo.

Enseguida fue Omar hijo quien tomó la iniciativa mientras su padre se retiraba. El joven no fue tan directo. Primero la besó, la estuvo manoseando otra vez sus pechos, su vientre, sus finas piernas, sus muslos. Su padre le alcanzó unos pañuelos de papel y con ellos limpió el exterior de su vagina que empezaba a rezumar algo de semen.

Después, colocándose convenientemente, la penetró de nuevo su boca. Le encantaba entrar en la boquita de aquella linda rubia. Y cuando se sintió suficientemente caliente, bajo su cuerpo deslizándose por el de Gema hasta que su polla erecta alcanzó su vulva y sin mucha dificultad, encontró la entrada y sin apenas resistencia, en un periquete su polla estaba en lo más dentro de aquel cuerpecito que se lamentaba. A diferencia de su padre, el joven Omar fue mucho más brusco y entraba y salía con violencia del coñito de la chica que se quejaba y se quejaba en cada acometida. Fueron varios minutos de violación, sin pausa y sin piedad, hasta que exhausto se corrió dentro de Gema.

Ahora se cambiaron los turnos. Mientras Omar desataba los brazos y piernas a la desdichada Gema, Ahmed y su padre luchaban por atar de igual forma a Patricia, quien sabedora de lo que la esperaba, intentaba gastar sus últimas fuerzas resistiendo.

Los esfuerzos fueron inútiles y a los 5 minutos ...