La excursion naval - Relatos Eróticos

La excursion naval

... algún plato. Estar almorzando con hombres desconocidos y totalmente vestidos y ellas en bikini, ya era suficientemente comprometedor.

-Bueno señoritas, esperamos que hayan disfrutado de este humilde almuerzo, ahora viene el momento del baño.

Las chicas habían observado que en la cubierta había una pequeña piscina, más bien una bañera grande diseñada para no más de 2 o 3 personas, pero la intención del baño no parecía ir por ese lado. Observaron que de pronto el barco había parado sus motores y se encontraban detenidos en medio del mar.

-Bien señoritas, pueden ahora disfrutar de un relajante baño, salten al agua.

Las chicas no podían creer lo que habían oído, parecía que el plan era que ella solas saltasen al mar a darse un chapuzón mientras ellos las observaban desde cubierta.

-¿Sabéis nadar verdad?

Afortunadamente ambas sabían nadar perfectamente y el mar estaba bastante calmado, pero el plan de darse un baño en medio del mar, en un barco desconocido no las colmaba de felicidad precisamente, así que no hicieron la mínima intención de lanzarse al agua,

Pero no pudieron pensar mucho, a una leve indicación aquellos guardianes las habían agarrado, sosteniéndolas en el aire con una mano entre sus piernas y lanzándolas por la borda en medio del mar.

Ellas se sumergieron en el agua del impacto y enseguida emergieron sus cabezas, con sus cabellos ya mojados y despeinados, alzando su vista hacía el barco, donde todos las contemplaban gustosos desde la ...

... barandilla.

-¿Qué tal está el agua señoritas?

Ellas estaban bastante asustadas, no por miedo al agua porque se mantenían bien a flote de momento, sino porque no sabían cuáles eran sus planes y tampoco podían subir de nuevo al yate si no eran ayudadas con alguna escalerilla. También saber que estaban a docenas de metros de profundidad y que clase de animales podían merodear por allí les preocupaba.

-Por favor, dejadnos subir ya.

-¿Qué ocurre? ¿no era ese vuestro plan, darse un baño en alta mar y comer en el barco? ¿acaso es que no os gusta nuestra presencia?

Las preguntas no obtuvieron respuesta. Cierto es que ese era su plan, comer, navegar, darse un baño…. Pero desde luego no en esas circunstancias. Toda la respuesta que obtuvieron fueron nuevas súplicas.

-Por favor, queremos subir

-Si por favor, dejadnos ya subir.

-Disfrutad del baño un poco más, fue toda la respuesta obtenida.

Y para horror de las chicas, escucharon que el barco encendía motores y muy despacio comenzaba a alejarse de ellas. Ahora si que estaban verdaderamente asustadas. El miedo y la angustia era tal, que incluso tenían dificultades para mantenerse a flote. Sabían que, si las dejaban allí solas, sin flotadores, sin agua potable y sin nada más que sus bikinis, no sobrevivirían.

Gritaban, suplicaban, lloraban, tragaban agua en sus intentos por nadar hacia el barco, que poco a poco se alejaba de ellas y ya se había separado una buena distancia. Habrían pasado 10 minutos, quizás 15, ...