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De viaje con mi vecina
Fecha: 19/11/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Ulyses, Fuente: TodoRelatos
De viaje con mi vecina. Conocía a una chica, vecina, que trabajaba en un club. Algunas veces coincidíamos y tomábamos un café o una cerveza en un bar con terraza cercano a nuestro edificio. En estos encuentros hablábamos de todo, nos contábamos nuestras alegrías y nuestras penas, tratábamos de reírnos de todo. Ella tenía más penas que alegrías, dado su trabajo. Yo le insistía que tenía que buscar una salida, tenía que cambiar. Me lo permitía, ya que, por edad, podía ser hija mía. Un día le comenté que me iba de vacaciones, me dijo que le gustaría ir unos días a la playa, pero no tenía recursos. Nos acabamos el café y nos fuimos cada uno a nuestra casa. Otro día nos encontramos y me preguntó si podía venir conmigo a la playa, me lo pensé y le dije que bien. Ya tenía el hotel pagado y no me iba a suponer ningún gasto añadido, tampoco el viaje, pues íbamos en el coche. Quedamos, y el día previsto salimos, llegamos por la tarde al destino. El viaje fue como los ratos que compartiamos con un café o una cerveza, chascarrillos y risas Entramos al hotel, nos registramos y subimos a la habitación. Una habitación grande, no suite, con dos camas gemelas y un espacioso baño. Deshicimos las maletas y nos cambiamos para ir a la playa Al llegar a la playa alquilamos unas hamacas y una sombrilla. Se deshizo del vestido y se quedó con la braga brasileña del bikini, no llevaba sujetador, no lo necesitaba, dada la firmeza de sus tetas. Empezamos a darnos crema foto protectora y ...
... cuando tocó proteger la espalda nos dimos la crema mutuamente. Ella se tumbó al sol y yo bajo la sombrilla, al rato me fui a bañar. Apareció en el agua y, como dos chiquillos, empezamos a salpicarnos, echarnos agua e intentar hacernos aguadillas. Este fue el punto de inflexión, la cercanía, los roces, las tetas apretadas a mí cuerpo; todo ello provocó la erección descontrolada de la polla. Se reía, -Parece que el pajarito se despierta. -Es imposible no hacerlo, teniendote aquí, pegada. -Jajaja, me gusta que se ponga alegre. Acercó la mano y comprobó la dureza. -No está mal este bichito, tendré que darle alguna alegría. -No, no es necesario. Estaría encantado, pero no te he invitado para que seas mi putita particular. -Quiero ser tu compañera para todo, no es ninguna obligación. Me apetece. -Podrías ser mi hija, no creo que esté bien esta situación. -Te tengo mucho cariño, me ayudas en todo y, dada la cercanía, me gustaría tener relaciones contigo. No es una obligación, es un deseo. Mientras decía esto, la mano pasó del exterior al interior del bañador sobando la polla suavemente. Yo por el contrario no hacía nada, sólo gozaba de sus sobeteos. Con las tetas pegadas al cuerpo. Salimos del agua, no permití que acabara la paja. Aunque iba más caliente que una estufa. Estuvimos un rato secándonos y nos fuimos al hotel para ducharnos y cambiarnos para ir a cenar. Metido en la ducha ella entró y se me pegó, empezó a enjabonarme y ahí ya no ...