1. Presentación y la primera sesión de sexo con Luis (chofer)


    Fecha: 22/11/2025, Categorías: Hetero Autor: AnaOG1984, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrió la blusa y me manoseó las tetas bajándome el brasier.
    
    -Espérate, Luis… Bernardo.
    
    -Tienes igual de ganas que yo, Ana… además ese pendejo, ¿qué?
    
    -Es mi pareja.
    
    -Es tu pendejo –no dejaba de besarme, manosearme y medio encuerarme- ¿a poco crees que no sé qué andas de golfa con los jefes? ¿O conmigo no porque no tengo varo? ¿Te vas a apretar, putita? Sabías que a eso venía, no mames –me abrió las piernas y me tocó la panochita encima del pantalón- ya hasta mojaste el pantalón, Ana…y tienes cara de “cógeme” jajaja eso es lo que dicen los jefes, que pones cara de puta golosa cuando te calientas.
    
    Seguimos fajando un rato, me quitó la blusa y el brasier; luego se la saqué y me hinqué para mamársela.
    
    -Ay, no mames, qué ganas tenía que me la mamaras, pinche Ana… se antoja mucho con esa boquita que te cargas, además los jefes dicen que la mamas de poca madre, cabrona –me gustó el sabor de su verga, además tenía buen tamaño, la quería adentro de mi panochita, pero antes quería saborearlo-.
    
    Después de unos minutos se la jalé y la froté contra mis tetas.
    
    -La tienes rica, Luis.
    
    -Toda tuya, putita.
    
    -Qué rico –lo miré con cara de golosa.
    
    -Me encanta esa pinche cara de puta insaciable que pones, Ana.
    
    -Me encanta coger.
    
    -Ya sé, putita y de seguro ese pinche gordo no te atiende como se debe –negué con la cabeza- pero se me hace que ninguna verga te llena, canija. Móntame, putita –me puse de pie, me quité toda la ropa y me subí en él, le puse mis tetas ...
    ... en la cara para que me las comiera, después me senté en su verga dura.
    
    -Ay, no mames, la tienes bien dura, qué rico.
    
    -Así me la pones, Ana… nomas de verte esas pinches tetotas y ese culo; me encanta ver cómo te empinas y cómo te agachas, cabrona.
    
    -¿Me has visto?
    
    -Cuando guardas o buscas cosas y te empinas, se te ve un culazo, pinche Ana, y cuando te agachas se asoman bien rico esas pinches tetotas.
    
    -¿En serio?
    
    -Bien que sabes, canija, por esa te encanta andar luciéndote y parando vergas, verdad.
    
    Me agarraba fuerte las nalgas y me jalaba hacia él, yo me movía un poco más rápido, así estuvimos hasta que me vine un par de veces; Luis me comía las tetas y me daba nalgadas; después de unos minutos me acomodó de perrito en el sillón, me acarició las nalgas, me nalgueó, las escupió y luego me ensartó con su verga dura de nuevo.
    
    -Ay, cabrón, qué rica la tienes, Luis, no mames –las embestidas eran duras.
    
    -Pinche culo rico que te cargas, Ana, con razón los jefes no te sueltan. Un día te voy a dar verga en la oficina, putita… te voy a coger en la oficina de algunos de los jefes, culona.
    
    -¿Quieres cogerme en su escritorio como ellos?
    
    -Sí, Ana, quiero ver qué se siente que seas mi putita en su oficina –su verga estaba durísima-. No chingues, qué ganas tenía darte una buena ensartada, canija; nomás andas antojando esas tetas y este pinche culote, putita –me dio una nalgada.
    
    -¿Por qué dices que soy una puta, Luis?
    
    -Porque eres una puta, Ana. Te gusta ...