Mi aventura con mi amiga - Relatos Eróticos

Mi aventura con mi amiga

... los costados, dejando expuesta gran parte de mi piel. Por detrás, la tanga se reducía a una delgada franja de tela que resaltaba por completo la redondez de mis glúteos.

Era un bikini atrevido, pequeño y provocador, diseñado para resaltar cada curva y hacer que me sintiera segura y sensual bajo la mirada de cualquiera.

Mi amiga llevaba un bikini diminuto que parecía hecho para resaltar cada detalle de su figura. La parte superior era un top de triángulos pequeños en color verde con textura perforada, enmarcados por un delicado borde rosa que contrastaba suavemente con su piel. Se sostenía con delgadas tiras que se anudaban detrás del cuello y en la espalda, dejando sus hombros y gran parte del torso al descubierto.

La parte inferior era un hilo también verde con ribetes rosas, apenas un triángulo de tela al frente sostenido por cordones finísimos que subían sobre sus caderas. Por detrás, la tanga se reducía a una sola línea que se perdía entre sus curvas, dejando sus glúteos completamente a la vista.

Era un bikini provocador y llamativo, de esos que más que cubrir parecen estar diseñados para seducir miradas, y en ella se veía con naturalidad, como si esa prenda tan pequeña hubiera sido creada para su cuerpo.

Salimos a caminar por la playa, y no faltaban las miradas lascivas de los hombres que querían devorarnos con todo su ser. Eso nos ponía súper cachondas. Escuchamos el rumor de un lugar donde se podía “hacer cositas”, así que decidimos ir hacia esa ...

... locación, no sin antes dejar nuestras tetas al aire, ya que era una playa nudista.

Cuando llegamos, era una playa muy tranquila y no había nadie, así que decidimos empezar a besarnos. Nuestro plan era hacer el amor allí mismo, ya que ese día no habíamos pescado nada.

Comenzamos a desnudarnos y a besarnos apasionadamente. El sudor de nuestros cuerpos se fundía; a ella le encanta el sexo oral que le doy, y su excitación con el contacto hizo que se viniera rápidamente. Ella es muy ruidosa y, como estábamos solas, no se reprimió.

En el clímax del acto, ella me estaba dando sexo oral en la zona anal, lo cual me encanta, así que tampoco reprimí mis gritos.

A lo lejos observamos a dos chicos que nos estaban espiando. Rápidamente se lo comuniqué a mi amiga y ella me pidió que continuáramos, ya que eso la excitaba mucho.

Yo, con los mismos gustos que ella, no me negué. En un momento hice contacto visual con ellos, con una mirada lasciva y de aprobación.

Eran dos jóvenes morenos, entre 18 y 20 años. Nosotras seguimos con nuestro acto y subimos el tono de nuestros gemidos; nos excitaba mucho la idea de ser vistas por desconocidos.

Cuando menos lo esperamos, los chicos se acercaron. No dijimos nada y continuamos. A mí me dio un poco de miedo, pero aun así seguimos. Ellos sacaron sus grandes equipos y comenzaron a masturbarse.

La excitación me llevó a tal grado que me corrí al instante de ver ese fenómeno. Cerré los ojos, me relajé un poco y, cuando los abrí, no me ...