1. 🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (11)


    Fecha: 05/12/2025, Categorías: Gays Autor: internauta, Fuente: TodoRelatos

    ... que me decía que quería más.
    
    Raúl lo notó enseguida, riéndose al ver mi expresión entre el sufrimiento y el placer.
    
    —¡Hostia, miradlo! —soltó, señalándome con el dedo—. ¡Si este puto maricón está disfrutando! ¿A que sí, Marcos? ¿Te gusta cómo te folla la garganta el rubio, eh?
    
    Yo intenté hablar, pero con la polla enterrada en la garganta lo único que salió fue un ruido roto:
    
    —¡ghhhrrr...kfhghddddd... mmmfhhh!
    
    —¡Jajajajajajaja! —estallaron todos a la vez.
    
    —¿Habéis oído eso? —Raúl se doblaba de la risa—. ¡Ni puta idea de qué ha dicho!
    
    —Tío, está fuera de sí —añadió Samuel, con cara de flipar—. ¡No puede ni hablar!
    
    El rubio me dio otra embestida brutal, hasta hundirme la nariz en sus huevos. Yo golpeé el suelo con las manos,
    
    intentando agarrarme a algo, pero lo único que pude fue soltar otro sonido incomprensible, entre gorgoteo y grito ahogado:
    
    —¡ggggghhhh...dkfjbbbbbrrgghhh...mmmfffhhhjjjj!
    
    Javi casi lloraba de la risa.
    
    —¡Pero qué coño dice! ¡Parece un puto perro atragantao!
    
    Raúl me agarró de la cara, obligándome a mirarlo mientras la polla del rubio me anulaba entero.
    
    —¡Contesta, maricón! —gritó, excitadísimo—. ¿Te gusta la polla del rubio, sí o no? ¡Vamos, dilo!
    
    Intenté articular con la boca abierta, con los labios intentando moverse alrededor de aquel tronco que no me dejaba espacio. Salió un murmullo roto, incomprensible:
    
    —¡hggggg...sssiiihhh...ghhhrrrkkkghh...mmmfffhh!
    
    —¡JAJAJAJAJA! —se partieron todos—. ¡Ha dicho que sí! ...
    ... ¡Lo ha dicho, tío!
    
    —¡Qué puta maricona más viciosa! —añadió Raúl, empujándome más la cabeza—. ¡Que se la trague toda, rubio, fóllatelo hasta que no pueda más!
    
    El rubio gruñó, cada vez más acelerado, sus embestidas golpeando mi garganta como un martillo. Yo ya no podía más, las lágrimas caían, las babas me cubrían la cara entera, y de pronto sentí cómo se tensaba dentro de mi boca.
    
    Sin avisar, con una última embestida que casi me partió en dos, se corrió. Una corrida brutal, profunda, que me llenó la garganta de golpe.
    
    —¡Ughhhggggghhhgggfffhh! —mis ojos se abrieron de golpe, casi ahogándome, intentando tragar sin conseguir aire.
    
    El rubio no me soltaba, me mantenía clavado contra sus huevos, haciéndome tragar mientras los chorros no paraban. Yo pataleaba, sin poder respirar, las manos desesperadas intentando liberarme, pero el moreno me sujetaba fuerte.
    
    —¡Joder, tío! —gritó Samuel, con los ojos como platos—. ¡Le va a matar si sigue así!
    
    —¡Míralo, míralo! —reía Javi—. ¡Tiene la cara echa polvo!
    
    Cuando por fin el rubio me la sacó, un hilo espeso de leche mezclado con babas me colgaba de la boca abierta.
    
    Tosí, intentando recuperar el aire, con la garganta ardiendo.
    
    Raúl me agarró de la barbilla, haciéndome levantar la cara.
    
    —Dilo, maricón. Dilo claro. ¿Te gusta tragarte la corrida?
    
    Yo apenas pude responder con un susurro roto, la voz hecha pedazos:
    
    —...sí...ughh..me gusta...
    
    Todos estallaron otra vez en carcajadas.
    
    —¡Está acabado! —rió ...