1. La mujer misteriosa en el parque


    Fecha: 09/12/2025, Categorías: Transexuales Autor: Mary Love, Fuente: TodoRelatos

    ... pecar. Pero cuando se quitó las bragas, mi aliento se detuvo. Una polla grande, gruesa, exquisitamente formada, emergió como un secreto imposible. No supe cómo la ocultaba, pero mi deseo se disparó, mi cuerpo ya húmedo y ansioso.
    
    La llevé al dormitorio, casi en trance. Me tumbé, abrí las piernas, ofreciéndome sin reservas. Ella se arrodilló, y cuando su lengua rozó mi clítoris, un gemido escapó de mi garganta. Nadie me había devorado así, con una danza de suavidad y voracidad, lamiendo, succionando, mordisqueando hasta que un orgasmo me atravesó, haciéndome temblar y gritar sin saber su nombre.
    
    No se detuvo. Sus labios subieron por mi cuerpo, dejando un rastro de fuego, hasta que su polla rozó mi coño. La miré, y allí estaba: una mujer hermosa, femenina, con ojos que me desnudaban el alma. Pero cuando cerró los ojos y me penetró, lenta, profunda, llenándome hasta el borde, mi mente se nubló. Cerré los ojos, y en la oscuridad, era un hombre quien follaba mi coño, con una fuerza que me hacía jadear. Abrí los ojos, y su belleza femenina me envolvía, su polla moviéndose dentro de mí. Ese contraste entre lo que veía y lo que imaginaba me enloqueció, cada embestida un latigazo de placer.
    
    Su ritmo era un poema, profundo, pausado, perfecto. Cambiamos de posición: yo encima, cabalgándola mientras sus manos moldeaban mis caderas; luego de lado, su cuerpo fundido al mío, sus susurros sucios en mi oído; y al final, a cuatro patas, donde me folló con una intensidad que me ...
    ... deshizo. Los primeros dos orgasmos me dejaron temblando, pero el último fue un cataclismo. Sus embestidas se volvieron feroces, y una presión salvaje creció en mí. Grité, mi cuerpo se arqueó, y una eyaculación femenina me arrancó de este mundo, empapando las sábanas mientras mi mente se disolvía en éxtasis.
    
    Ella, consumida por su propia lujuria, no resistió más. Gruñó, su cuerpo se tensó, y sentí su calor derramándose dentro de mi coño, un río cálido que me hizo estremecer. Pero no acabó ahí. Se deslizó entre mis piernas, y con una mirada que ardía, su lengua volvió a mi sexo. Lamió su propia corrida mezclada con mis fluidos, saboreándola con una avidez que me hizo gemir de nuevo, cada lamida un eco de nuestro placer compartido.
    
    Nos quedamos jadeando, enredadas en las sábanas húmedas. Me besó la nuca, su aliento cálido contra mi piel, y mientras recuperábamos el aliento, me preguntó con una sonrisa suave:—¿Tienes pareja?Sonreí, lánguida, aún flotando en el placer. —Estoy libre como los pájaros —susurré, estirándome en la cama—. No la necesito.
    
    Ella rió, un sonido cálido, y sus dedos trazaron círculos perezosos en mi muslo. —Yo vivo con una mujer, seis años mayor que yo —dijo, su voz cargada de un brillo travieso—. Es una periodista muy conocida, presentadora del informativo de las noches en un canal de televisión privado. Practicamos el poliamor, nuestra relación es abierta. Nos deleitamos explorando, compartiendo, viviendo sin cadenas.
    
    Sus palabras, tan libres, tan ...